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Columna: “Hidrógeno Verde: consensos para un país que soñamos juntos”, por Diego Pardow Ministro de Energía

Chile tiene dos grandes ventajas a la hora de desarrollar energía limpia. La primera es conocida: nuestros abundantes recursos eólicos y solares. Los vientos soplan en Magallanes con una fuerza única en el mundo, mientras que el sol atacameño irradia el desierto con una potencia igualmente única. La segunda ventaja, sin embargo, muchas veces la olvidamos al calor de la coyuntura política. En Chile llevamos décadas construyendo instituciones y políticas estables en materia energética. Dicha estabilidad no solamente habilita una inversión privada en capital productivo que se rentabiliza con horizontes de tiempo muy largos, sino que también permite acompañar ese despliegue con políticas destinadas a proteger nuestra biodiversidad, formar trabajadores y trabajadoras cada vez más calificados, y fortalecer la participación de Pymes en la cadena de valor.

Con dicho objetivo, la semana pasada enviamos a consulta pública el Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023–2030. Este instrumento, que complementa la Estrategia Nacional lanzada durante el gobierno anterior, estará recibiendo comentarios de la ciudadanía durante todo el verano y su desarrollo estuvo marcado por numerosas instancias participativas. Realizamos talleres presenciales en las regiones de Antofagasta, Valparaíso, Metropolitana, Biobío y Magallanes, y de manera remota a lo largo de todo el país.

Contamos, a su vez, con la colaboración de un Comité Estratégico formado por liderazgos con visiones muy distintas, incluyendo a la expresidenta Michelle Bachelet, a los exministros de Energía y de Obras Públicas, Juan Carlos Jobet y Hernán de Solminihac, los gobernadores regionales de Antofagasta y de Magallanes, Ricardo Díaz y Jorge Flies, respectivamente, así como notables académicos y miembros de la sociedad civil.

Tanto el trabajo del Comité Estratégico como los numerosos talleres realizados con extensa participación nos recuerdan lo valioso de nuestra democracia. Aunque muchas veces pensamos distinto o tenemos matices respecto de temas que nos preocupan a todos, conversando, generalmente, somos capaces de ponernos de acuerdo. También nos muestra una manera distinta de resolver nuestras diferencias. En los últimos años hemos realizado numerosas elecciones en nuestro país y el nivel de participación que han tenido es digna de elogio.

Ahora bien, a diferencia de las elecciones, donde siempre hay perdedores y ganadores, cuando recurrimos al diálogo se produce un proceso de aprendizaje donde todas las partes involucradas se fortalecen.

Construir estos consensos es una tarea de primer orden. De nada sirve que durante el próximo año hagamos un esfuerzo importante por entregar electrolizadores y equipamiento a los liceos de Magallanes, sin un futuro gobierno decidiera cambiar de rumbo en ciento ochenta grados. De nada serviría, tampoco, que nuestras políticas de desarrollo portuario o de infraestructura estuvieran desacopladas de aquellas que impulsan de manera regional en Antofagasta, como ocurre, por ejemplo, con el corredor bioceánico. Al contrario, es precisamente en esta estabilidad donde tenemos una fortaleza tan importante como la de nuestros recursos naturales. Estabilidad entre gobiernos presentes y futuros, así como entre autoridades nacionales y locales.

Invitamos a la ciudadanía a participar de esta consulta pública que concluye el Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023–2030, y seguir construyendo, juntos, el país que soñamos.