Comienza el mayor proyecto de recolección de colillas de Chile
Contamos historias que merecen crecer. Pensamos diferente y elegimos creer en las personas, comunidades y organizaciones, las grandes y las que están empezando ahora en la mesa de un café, pero que van a cambiar el mundo.
La iniciativa, liderada por Fundación Mapeko y apoyada por Scotiabank, buscará reunir más de 120 mil de estos residuos e involucrará 12 ciudades capitales del país. El plan también considera extraer el plástico de las colillas mediante un proceso químico para darle un nuevo uso.
El mayor proyecto de recolección de colillas de Chile ya está en marcha. Este sábado, en el centro de Santiago, Fundación Mapeko en alianza con el programa de impacto social ScotiaINSPIRA de Scotiabank, encabezó la primera jornada de recogida de este frecuente residuo, que tarda en descomponerse más de 10 años y una sola unidad es capaz de contaminar hasta 500 litros de agua.
“Propiciar este tipo de proyectos, enfocados en la protección del medioambiente, es parte de los objetivos del programa ScotiaInspira y que busca generar valor a largo plazo en las actuales y futuras generaciones. Confiamos en que mediante esta colaboración con Fundación Mapeko se logrará un impacto relevante en un aspecto clave en la lucha contra el cambio climático, como es la reducción del impacto de residuos y su reutilización”, señaló la Manager de Sostenibilidad de Scotiabank Chile, Ana Luisa Bahamondes.
“Estamos felices de que luego de muchos esfuerzos, estemos concretando este importante proyecto, que creemos que no solo marcará un hito en términos de iniciativas en torno a la recolección de residuos, sino que también, generará conciencia respecto del impacto de este residuo en particular, que muchas veces parece mínimo, pero realmente genera un daño al medioambiente mucho mayor del que pensamos”, señaló el presidente de Fundación Mapeko, Tomás Prado.
El proyecto, que apuntará a sensibilizar a la comunidad respecto del cuidado al medioambiente, se desarrollará durante lo que queda de 2024 y se extenderá durante varios meses del 2025 en diversas regiones del país. La meta es reunir más de 120 mil de estos residuos, almacenándolos en botellas de plástico, lo que será posible gracias al despliegue de brigadas de voluntarios en plazas icónicas de 12 capitales regionales: Antofagasta, Copiapó, La Serena, Valparaíso, Santiago, Rancagua, Talca, Chillán, Concepción, Temuco, Valdivia, y Puerto Montt.
A través de la recolección se busca reciclar las colillas para luego, mediante un proceso químico, extraer el plástico que contienen y con esto generar materia prima que se pueda utilizar en el desarrollo de nuevos productos sustentables. Este trabajo lo realizará la empresa IMEKO, que en esta ocasión convertirán las colillas recolectadas en llaveros para todos los voluntarios que participen de estas actividades.
Fundación Mapeko fue una de las ocho organizaciones ganadores de la cuarta versión de los fondos concursables del programa de impacto social ScotiaINSPIRA. Comenzaron como una empresa de reciclaje en 2017, liderada por Tomás Prado y algunos socios, y posteriormente en 2019 se reconvirtió en una fundación sin fines de lucro para enfocarse en la educación medioambiental. Hoy agrupan a más de mil voluntarias y voluntarios presentes en 16 países de la región.
La iniciativa, liderada por Fundación Mapeko y apoyada por Scotiabank, buscará reunir más de 120 mil de estos residuos e involucrará 12 ciudades capitales del país. El plan también considera extraer el plástico de las colillas mediante un proceso químico para darle un nuevo uso.
El mayor proyecto de recolección de colillas de Chile ya está en marcha. Este sábado, en el centro de Santiago, Fundación Mapeko en alianza con el programa de impacto social ScotiaINSPIRA de Scotiabank, encabezó la primera jornada de recogida de este frecuente residuo, que tarda en descomponerse más de 10 años y una sola unidad es capaz de contaminar hasta 500 litros de agua.
“Propiciar este tipo de proyectos, enfocados en la protección del medioambiente, es parte de los objetivos del programa ScotiaInspira y que busca generar valor a largo plazo en las actuales y futuras generaciones. Confiamos en que mediante esta colaboración con Fundación Mapeko se logrará un impacto relevante en un aspecto clave en la lucha contra el cambio climático, como es la reducción del impacto de residuos y su reutilización”, señaló la Manager de Sostenibilidad de Scotiabank Chile, Ana Luisa Bahamondes.
“Estamos felices de que luego de muchos esfuerzos, estemos concretando este importante proyecto, que creemos que no solo marcará un hito en términos de iniciativas en torno a la recolección de residuos, sino que también, generará conciencia respecto del impacto de este residuo en particular, que muchas veces parece mínimo, pero realmente genera un daño al medioambiente mucho mayor del que pensamos”, señaló el presidente de Fundación Mapeko, Tomás Prado.
El proyecto, que apuntará a sensibilizar a la comunidad respecto del cuidado al medioambiente, se desarrollará durante lo que queda de 2024 y se extenderá durante varios meses del 2025 en diversas regiones del país. La meta es reunir más de 120 mil de estos residuos, almacenándolos en botellas de plástico, lo que será posible gracias al despliegue de brigadas de voluntarios en plazas icónicas de 12 capitales regionales: Antofagasta, Copiapó, La Serena, Valparaíso, Santiago, Rancagua, Talca, Chillán, Concepción, Temuco, Valdivia, y Puerto Montt.
A través de la recolección se busca reciclar las colillas para luego, mediante un proceso químico, extraer el plástico que contienen y con esto generar materia prima que se pueda utilizar en el desarrollo de nuevos productos sustentables. Este trabajo lo realizará la empresa IMEKO, que en esta ocasión convertirán las colillas recolectadas en llaveros para todos los voluntarios que participen de estas actividades.
Fundación Mapeko fue una de las ocho organizaciones ganadores de la cuarta versión de los fondos concursables del programa de impacto social ScotiaINSPIRA. Comenzaron como una empresa de reciclaje en 2017, liderada por Tomás Prado y algunos socios, y posteriormente en 2019 se reconvirtió en una fundación sin fines de lucro para enfocarse en la educación medioambiental. Hoy agrupan a más de mil voluntarias y voluntarios presentes en 16 países de la región.