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Crean metodología para reducir el riesgo desastres en base a la planificación territorial

El geógrafo del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), Simón Inzunza, creó una metodología en base a datos públicos, que aúna el riesgo de terremoto y tsunami en pos de mejorar los planes de riesgo en las comunas.

Como parte de su proyecto de tesis para obtener el grado de Magíster en Geografía y Geotécnica UC, el investigador del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden), Simón Inzunza, desarrolló el proyecto “Concatenated Risk by Earthquake-Tsunami”, que en castellano significa, “Riesgo concatenado por terremoto y tsunami”.
Esta propuesta metodológica, busca cuantificar de qué manera un tsunami profundiza los impactos que dejó un terremoto, y con ello, reducir los tiempos que requieren las planificaciones territoriales, además de los costos asociados.
El investigador Cigiden asegura que en la actualidad “no hay metodologías estandarizadas para incorporar el riesgo dentro de los planes reguladores comunales”, además de que existe una confusión conceptual, donde se confunde “riesgo” con “amenaza”. “Muchas investigaciones estudian las amenazas de terremoto y tsunami por separado, sin considerar la relación entre ellos”, advierte.

“En Chile, las metodologías para la gestión del riesgo son costosas y la actualización de los planes reguladores comunales para incorporar las áreas de riesgo, pueden demorar entre siete a ocho años”, explica Simón Inzunza.

El geógrafo UC, demoró seis meses en generar un piloto de este proyecto para el balneario de San Sebastián, ubicado en la comuna de Cartagena en la V región. Para ello utilizó datos del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin) y la base catastral del Servicio de Impuestos Internos (SII), que cuantifica el material de cada una de las construcciones presentes en una manzana.

Inzunza, primero integró en su modelo el daño físico potencial, es decir, qué manzanas serían afectadas por un terremoto en función de su materialidad y la respuesta sísmica del suelo. A esto, le sumó una serie de datos cualitativos que recopiló a través de encuestas en las que distingue las distintas dimensiones de vulnerabilidad, tales como, la dimensión socioeconómica, educativa, cultural, organizacional y gubernamental. La encuesta planteaba las siguientes interrogantes: ¿Sabe por dónde debe evacuar? ¿De cuánto tiempo dispone? ¿Confía en las medidas de evacuación?

“Integre el riesgo físico, que es el escenario basal de la modelación, con la amenaza del tsunami, usando los datos de las Cartas de Inundación por Tsunami (CITSU) del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA)”, detalla Inzunza.

El resultado de esta iniciativa, son mapas de riesgo donde las áreas en rojo representan a las zonas que serían más impactadas por un tsunami (generado por un terremoto previo) Según el investigador, esta información sería de gran utilidad al momento de diseñar la planificación territorial de sectores expuestos a las amenazas de terremoto y tsunami, como lo son las zonas costeras.