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Opinión: “Chile toma medidas decisivas para combatir la contaminación del aire y proteger la salud pública” por Robert Fraser, director de VERT

Las normas de emisiones para vehículos diésel en el país se encuentran entre las más estrictas a nivel mundial. El cumplimiento de estas regulaciones se basa en el Filtro de Partículas Diésel (DPF), una tecnología capaz de eliminar más del 99.5% de las partículas PM2.5. Sorprendentemente, los gases de escape de un vehículo diésel en buen estado emiten menos partículas que el aire ambiente.

Las partículas finas, conocidas como PM2.5, representan una amenaza significativa para la salud pública en Chile. Responsables de aproximadamente 4 mil muertes al año, estas diminutas partículas no solo contribuyen al cáncer, sino que también actúan como precursores de diversas enfermedades, como el Alzheimer y la insuficiencia cardíaca. Su tamaño microscópico les permite penetrar fácilmente los pulmones y acceder al torrente sanguíneo, donde se acumulan en todo el cuerpo. De manera preocupante, los efectos de la contaminación se transmiten incluso entre generaciones, ya que las partículas PM2.5 pueden pasar de las madres a los recién nacidos a través de la placenta.

Consciente de la urgencia de este problema, Chile ha tomado medidas proactivas de manera constante. Las normas de emisiones para vehículos diésel en el país se encuentran entre las más estrictas a nivel mundial. El cumplimiento de estas regulaciones se basa en el Filtro de Partículas Diésel (DPF), una tecnología capaz de eliminar más del 99.5% de las partículas PM2.5. Sorprendentemente, los gases de escape de un vehículo diésel en buen estado emiten menos partículas que el aire ambiente.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, ha surgido en Chile (como en otros países) una industria que se beneficia de la eliminación de los DPF, permitiendo que los vehículos vuelvan a emitir contaminantes al aire que todos respiramos. Lamentablemente, las mediciones de opacidad durante las inspecciones de Revisión Técnica a menudo no detectan DPF faltantes o comprometidos. En respuesta, los ministerios de Transporte y Medio Ambiente, plenamente conscientes de esta práctica perjudicial, están tomando medidas decisivas, siguiendo el ejemplo de muchas naciones europeas, para frenar este comportamiento antisocial.

Un salto tecnológico: contadores de partículas
En un futuro cercano, las Plantas de Revisión Técnica (PRTs) de Chile estarán equipadas con innovadores Contadores de Partículas. Esta tecnología revolucionaria garantiza una detección al 100% de si un DPF ha sido retirado o ha sufrido deterioro. Como resultado, los dueños de vehículos—que son muchos—deberán no solo reemplazar sus filtros, sino también encontrar proveedores capaces de restaurar la programación de la computadora a su estado original. El incumplimiento conlleva el riesgo de ser excluidos de la circulación.


Chile ha sometido esta tecnología a rigurosas pruebas durante varios años para garantizar su precisión y confiabilidad. Al adoptar los contadores de partículas, Chile se une a Bélgica, los Países Bajos, Alemania y Suiza en la lucha contra otra barrera para el aire limpio y la reducción del cambio climático.