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Ministra Maisa Rojas pide transición energética en Latinoamérica sin «zonas de sacrificio»

En el marco de un nuevo reporte del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, la ministra del Medio Ambiente destacó la importancia de la colaboración entre el Estado y el sector privado para lograr un desarrollo sostenible y justo como hoja de ruta para una transición energética que contribuya al cumplimiento de los objetivos de los Acuerdos de París.

La ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, aseguró este jueves 13 de junio que la transición energética en Latinoamérica tiene que ser «justa» y que «no debe volver a ocurrir» que el desarrollo «se haga a costa de ciertos territorios», como ocurrió en el pasado «que pagaron costos muy altos y no se vieron beneficiados».

«Todos los beneficios que trae esta transición debieran adaptarse de manera más equitativa», reiteró Rojas durante la presentación del nuevo Reporte de Economía y Desarrollo (RED) del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, titulado “Energías renovadas: Transición energética justa para el desarrollo sostenible”.

Rojas mencionó de forma específica las llamadas «zonas de sacrificio«, áreas que se habilitaron en la década de 1960 para impulsar el desarrollo económico del país y en las que existe una alta concentración industrial cercana a zonas pobladas, como la bahía Quintero-Puchuncaví, un cinturón industrial ubicado en la región de Valparaíso donde son recurrentes las intoxicaciones masivas por emisiones tóxicas.

Desarrollo sostenible
Durante la presentación del nuevo RED, Rojas señaló que el desarrollo sostenible «no es solo tarea del Estado, sino que es también tarea del sector privado» y se mostró «entusiasmada» por «la conversación» que el gobierno de Gabriel Boric ha dado con los privados para avanzar hacia un desarrollo «justo y sostenible«.

«Tenemos muchas ideas para ver esto (la transición energética) como una oportunidad«, recalcó la ministra.

En una reflexión en clave regional, el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, subrayó la capacidad de Latinoamérica para «ofrecer soluciones» hacia el cambio energético y llamó a hacer «la transición rápidamente» ya sea «por supervivencia del planeta, para mantener la calidad de vida o para tener nuevos y mejores servicios«.

Para Sergio Díaz-Granados, los cuatro elementos indispensables de este proceso son el compromiso político, la infraestructura, la innovación y el financiamiento, en el cual –dijo– los bancos de desarrollo «jugarán un rol central para catalizar al sector privado», que será –dijo– «uno de los actores centrales» del cambio.

Reporte de la CAF
El Reporte de la CAF, que cumple 20 años, señala que reducir a la mitad el uso actual de petróleo y carbón y sustituirlo por gas natural disminuiría en 6,5 % las emisiones de Latinoamérica, lo que representa casi un 65 % del total de los objetivos que la región se fijó para 2030 en los Acuerdos de París.

El documento aborda los desafíos de lograr de forma simultánea disminuir los niveles de emisiones, aumentar el ingreso por habitante y reducir la desigualdad en Latinoamérica, y pone énfasis en sectores como la industria, los hogares y el transporte.

«Este RED ofrece una hoja de ruta para avanzar en desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe y evalúa los impactos fiscales y monetarios de la transición«, apuntó el director ejecutivo.

Como parte de su estrategia de ser el “banco verde” y “del crecimiento sostenible e inclusivo de la región”, la CAF se comprometió a dedicar al menos el 40 % de sus aprobaciones a proyectos verdes, incluidos los que facilitan la transición energética.

El banco multilateral fue constituido en 1970 y está conformado por 20 países (con diferentes estatus), 18 de América Latina y el Caribe, además de España y Portugal, y 13 bancos privados de la región.