Opinión: "Día Mundial del Medio Ambiente: seamos micelio”, por Pamela Poo, directora de Políticas Públicas e Incidencia en Fundación Ecosur
El llamado es que seamos micelio. El Reino Fungi nos da una gran lección sobre la cooperación y la comunicación. Si bien lo que vemos son los hongos, lo que está debajo de nuestro suelo es el micelio. El micelio es la gran red de vida que permite la comunicación de estos organismos con otras especies y que generan la red de vida y cooperación necesaria para mantener el suelo y los bosques con vida.
Hoy celebramos un nuevo Día Mundial del Medio Ambiente y la situación medioambiental continúa recrudeciéndose. Estamos asistiendo a una crisis civilizatoria como humanidad en donde tendremos que ver si estaremos a la altura del desafío de contener el alza de temperatura en los 1.5 grados, y evitar con ello la debacle de los ecosistemas y las demás especies.
Pamela Poo, directora de Políticas Públicas e Incidencia en Fundación Ecosur
El desafío es no menor. Naciones Unidas declaró el decenio de 2021 a 2030 como el de la restauración. Esto quiere decir que ya no basta sólo con conservar, sino que necesitamos remediar lo que hemos destruido, porque solo un medio ambiente sano nos puede proporcionar los elementos que sostienen nuestro sistema de vida; como los alimentos, el abrigo, el sostén económico y político.
Estamos en 2024, nos queda poco tiempo para avanzar en medidas de mitigación y sobre todo en adaptación, por eso el llamado es que tenemos que hacer esfuerzos en la disminución de los consumos y a generar una gran red de ciudadanos e instituciones locales que nos permitan avanzar en medidas que nos preparen para enfrentar la crisis climática y ecológica, con el fin de contenerlas, y de no ser posible dicha contención, que nos preparen para enfrentarlas.
El llamado es que seamos micelio. El Reino Fungi nos da una gran lección sobre la cooperación y la comunicación. Si bien lo que vemos son los hongos, lo que está debajo de nuestro suelo es el micelio. El micelio es la gran red de vida que permite la comunicación de estos organismos con otras especies y que generan la red de vida y cooperación necesaria para mantener el suelo y los bosques con vida.
Si bien la situación es alarmante, tenemos que ser esa red que luche por la vida y que genere una resistencia ante la muerte. No podemos bajar los brazos en dichas convicciones, porque, aunque perdamos, nos quedaremos con el orgullo de que lo dimos todo. Por ti, por mí y por todas las especies, digamos sí a la vida.