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Opinión: “La diversidad biológica: un pilar fundamental para la vida” por Pablo Rebolledo Dujisin, Director Carrera de Ecoturismo Universidad Andrés Bello

La diversidad biológica es sinónimo de vida. Al celebrarla y protegerla, estamos cuidando del futuro de nuestro planeta y de todas las formas de vida que dependen de él.

El 22 de mayo, celebramos el Día Internacional de la Diversidad Biológica, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar la rica variedad de vida que habita nuestro planeta. La conservación de la biodiversidad es vital no solo para el equilibrio de los ecosistemas, sino también para nuestra propia supervivencia.

En este contexto, es crucial destacar la relevancia de la conservación en nuestro país, el apoyo a la labor in situ, y el trabajo de especialistas en el área, como, por ejemplo, los profesionales del ecoturismo, veterinaria, ingeniería ambiental y otros tantos.

Chile es un país privilegiado en términos de biodiversidad
Sin embargo, esta riqueza está amenazada por la actividad humana, el cambio climático y la introducción de especies invasoras. La conservación en el país debe ser una prioridad para proteger estos tesoros naturales y asegurar que las futuras generaciones puedan disfrutar y beneficiarse de ellos.

La conservación in situ, que implica proteger las especies en sus hábitats naturales, es esencial. Esta estrategia no solo mantiene a los organismos en su entorno natural, donde tienen las mejores posibilidades de supervivencia, sino que también preserva las interacciones ecológicas que son fundamentales para la salud de los ecosistemas. Apoyar a las reservas y parques nacionales y otras áreas protegidas es una forma directa de contribuir a la conservación in situ.
Los especialistas en diversas áreas juegan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad. Los ecoturistas, por ejemplo, promueven una forma de turismo que respeta y valora el entorno natural, fomentando la educación ambiental y generando ingresos que pueden reinvertirse en la conservación.

Por su parte, los ingenieros ambientales desarrollan tecnologías y estrategias para mitigar los impactos humanos en el medio ambiente y promover prácticas sostenibles; Chile requiere de más y mejores profesionales en estas áreas: vivir de estas profesiones no solo aportan a la biodiversidad, sino que cumplen los sueños de muchos de nuestros jóvenes de estar en contacto permanente con la naturaleza.

La diversidad biológica va más allá de la simple existencia de diferentes especies; es la base de los sistemas vivos que sostienen la vida en la Tierra. Es vital comprender que cada especie tiene un rol específico en su ecosistema y que la pérdida de una puede desencadenar una reacción en cadena que afecta a muchas otras, por ello pensar de forma sistémica implica entender que los ecosistemas son redes complejas de interacciones.

Cada planta, hongo, animal y microorganismo juega un papel en el mantenimiento del equilibrio ecológico. La diversidad no solo significa variedad, sino resiliencia. Los ecosistemas diversos son más resistentes a perturbaciones como enfermedades, plagas y cambios climáticos. Mantener esta diversidad es, en esencia, mantener la vida.

La diversidad biológica es sinónimo de vida. Al celebrarla y protegerla, estamos cuidando del futuro de nuestro planeta y de todas las formas de vida que dependen de él. Hagamos de la conservación de la biodiversidad una prioridad y una responsabilidad compartida.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador. Sustentable SA se limita únicamente a reproducirla sin edición alguna.