Opinión: “La COP29 en Azerbaiyán: entre desafíos geopolíticos y promesas climáticas aún incumplidas” por Ismaela Magliotto, directora ejecutiva Uno.Cinco
Según el informe "Camino a la COP29", elaborado por la ONG Uno Punto Cinco, se espera que sea una "COP de Financiamiento", donde las negociaciones girarán en torno al Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG), un mecanismo que busca superar los compromisos incumplidos de USD 100 mil millones anuales acordados en 2009 (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024)
La COP29, la próxima cumbre global sobre cambio climático que se celebrará del 11 al 22 de noviembre de 2024, se perfila como una conferencia marcada por profundas tensiones políticas y un renovado enfoque en la financiación climática. Sin embargo, la elección de Azerbaiyán como sede y la falta de avances en compromisos concretos generan escepticismo sobre los resultados que podría dejar esta edición.
Según el informe «Camino a la COP29», elaborado por la ONG Uno Punto Cinco, se espera que sea una «COP de Financiamiento», donde las negociaciones girarán en torno al Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG), un mecanismo que busca superar los compromisos incumplidos de USD 100 mil millones anuales acordados en 2009 (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Azerbaiyán bajo la lupa: geopolítica y combustibles fósiles
Uno de los principales puntos de controversia es la elección de Azerbaiyán como anfitrión de la COP29. Este país, cuya economía depende del petróleo y gas, representa un evidente conflicto de intereses. El presidente Ilham Aliyev ha defendido abiertamente las inversiones en combustibles fósiles, calificando al gas natural como “un regalo de los dioses” (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024). Esta situación pone en duda su capacidad para liderar una cumbre que debería empujar al mundo hacia la descarbonización.
El informe subraya que, aunque un año antes en la COP28 se reconoció por primera vez la necesidad de “dejar atrás los combustibles fósiles”, esa formulación ambigua no implica compromisos vinculantes hacia su eliminación total. Esto refleja la influencia que los países productores de petróleo aún ejercen sobre las decisiones internacionales en materia climática.
El dilema del financiamiento: ¿promesas vacías o nueva esperanza?
El NCQG se posiciona como el eje central de las negociaciones en Bakú. La propuesta busca no sólo movilizar más de USD 100 mil millones anuales desde los países desarrollados, sino asegurar que los recursos lleguen efectivamente a los países en vías de desarrollo para enfrentar los desafíos del cambio climático, incluidas la mitigación, adaptación y las pérdidas y daños. Las diferencias entre los países desarrollados y en desarrollo sobre qué se considera financiamiento climático legítimo han complicado las conversaciones, según el informe “Camino a la COP29” de la ONG Uno Punto Cinco. (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Asimismo, el fondo de Pérdidas y Daños, creado en la COP27 pero aún sin plena implementación, será otro punto central. Las promesas hechas en la COP28 en Dubai alcanzaron apenas USD 800 millones, muy por debajo de los 580.000 millones que se estima que las pérdidas alcanzarán anualmente en los países en desarrollo para 2030 (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Latinoamérica en la COP29: Justicia climática y transición justa
América Latina llega a Bakú con prioridades claras: financiamiento climático sin generar deuda y apoyo sustancial para la adaptación y las pérdidas y daños, más aún cuando la próxima COP30 de 2025 se desarrollará en Brasil, destacando que luego de 11 años esta cumbre vuelve a suelo latinoamericano, considerando que cuando la presidencia la tuvo Chile con la COP25 en 2019, debido al estallido social, finalmente se realizó en Madrid. «La justicia climática no es negociable», subraya el informe, destacando que las poblaciones más vulnerables deben estar en el centro de cualquier acuerdo. Países como Chile y Colombia se destacan en la región por su liderazgo en el desarrollo de NDCs (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional) ambiciosas, particularmente en el sector transporte, responsable del 39% de las emisiones regionales (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
¿Promesas o acciones concretas?
Uno de los puntos críticos será la actualización de las NDCs. El Acuerdo de París exige que los países presenten nuevas NDCs en febrero de 2025. La COP29 será una oportunidad crucial para aumentar la ambición global y alinear los compromisos nacionales con la meta de mantener el calentamiento por debajo de 1.5°C. Sin embargo, el informe advierte que las NDC actuales conducen a un calentamiento estimado de 2.7°C, lo que refleja la falta de compromiso real por parte de muchas naciones (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Conclusión: ¿Una COP de esperanza o desencanto?
La COP29 se proyecta como un punto de inflexión en las negociaciones climáticas, pero también como un escenario donde los intereses políticos y económicos podrían bloquear avances significativos. Azerbaiyán, como anfitrión, tendrá que demostrar que puede liderar con credibilidad, más allá de su dependencia de los combustibles fósiles.
El informe de Uno Punto Cinco es claro: «No podemos repetir los errores del pasado. Necesitamos compromisos vinculantes, mecanismos efectivos y un enfoque inclusivo que garantice que las naciones más afectadas tengan voz en la mesa de negociaciones» (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024). Sin un camino claro y financiado hacia la acción climática, la COP29 corre el riesgo de ser otra cumbre donde las palabras superan a los hechos. Encuentra el Informe en el siguiente link: https://bit.ly/Informe_CaminoaLaCOP29
La COP29, la próxima cumbre global sobre cambio climático que se celebrará del 11 al 22 de noviembre de 2024, se perfila como una conferencia marcada por profundas tensiones políticas y un renovado enfoque en la financiación climática. Sin embargo, la elección de Azerbaiyán como sede y la falta de avances en compromisos concretos generan escepticismo sobre los resultados que podría dejar esta edición.
Según el informe «Camino a la COP29», elaborado por la ONG Uno Punto Cinco, se espera que sea una «COP de Financiamiento», donde las negociaciones girarán en torno al Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG), un mecanismo que busca superar los compromisos incumplidos de USD 100 mil millones anuales acordados en 2009 (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Azerbaiyán bajo la lupa: geopolítica y combustibles fósiles
Uno de los principales puntos de controversia es la elección de Azerbaiyán como anfitrión de la COP29. Este país, cuya economía depende del petróleo y gas, representa un evidente conflicto de intereses. El presidente Ilham Aliyev ha defendido abiertamente las inversiones en combustibles fósiles, calificando al gas natural como “un regalo de los dioses” (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024). Esta situación pone en duda su capacidad para liderar una cumbre que debería empujar al mundo hacia la descarbonización.
El informe subraya que, aunque un año antes en la COP28 se reconoció por primera vez la necesidad de “dejar atrás los combustibles fósiles”, esa formulación ambigua no implica compromisos vinculantes hacia su eliminación total. Esto refleja la influencia que los países productores de petróleo aún ejercen sobre las decisiones internacionales en materia climática.
El dilema del financiamiento: ¿promesas vacías o nueva esperanza?
El NCQG se posiciona como el eje central de las negociaciones en Bakú. La propuesta busca no sólo movilizar más de USD 100 mil millones anuales desde los países desarrollados, sino asegurar que los recursos lleguen efectivamente a los países en vías de desarrollo para enfrentar los desafíos del cambio climático, incluidas la mitigación, adaptación y las pérdidas y daños. Las diferencias entre los países desarrollados y en desarrollo sobre qué se considera financiamiento climático legítimo han complicado las conversaciones, según el informe “Camino a la COP29” de la ONG Uno Punto Cinco. (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Asimismo, el fondo de Pérdidas y Daños, creado en la COP27 pero aún sin plena implementación, será otro punto central. Las promesas hechas en la COP28 en Dubai alcanzaron apenas USD 800 millones, muy por debajo de los 580.000 millones que se estima que las pérdidas alcanzarán anualmente en los países en desarrollo para 2030 (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Latinoamérica en la COP29: Justicia climática y transición justa
América Latina llega a Bakú con prioridades claras: financiamiento climático sin generar deuda y apoyo sustancial para la adaptación y las pérdidas y daños, más aún cuando la próxima COP30 de 2025 se desarrollará en Brasil, destacando que luego de 11 años esta cumbre vuelve a suelo latinoamericano, considerando que cuando la presidencia la tuvo Chile con la COP25 en 2019, debido al estallido social, finalmente se realizó en Madrid. «La justicia climática no es negociable», subraya el informe, destacando que las poblaciones más vulnerables deben estar en el centro de cualquier acuerdo. Países como Chile y Colombia se destacan en la región por su liderazgo en el desarrollo de NDCs (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional) ambiciosas, particularmente en el sector transporte, responsable del 39% de las emisiones regionales (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
¿Promesas o acciones concretas?
Uno de los puntos críticos será la actualización de las NDCs. El Acuerdo de París exige que los países presenten nuevas NDCs en febrero de 2025. La COP29 será una oportunidad crucial para aumentar la ambición global y alinear los compromisos nacionales con la meta de mantener el calentamiento por debajo de 1.5°C. Sin embargo, el informe advierte que las NDC actuales conducen a un calentamiento estimado de 2.7°C, lo que refleja la falta de compromiso real por parte de muchas naciones (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024).
Conclusión: ¿Una COP de esperanza o desencanto?
La COP29 se proyecta como un punto de inflexión en las negociaciones climáticas, pero también como un escenario donde los intereses políticos y económicos podrían bloquear avances significativos. Azerbaiyán, como anfitrión, tendrá que demostrar que puede liderar con credibilidad, más allá de su dependencia de los combustibles fósiles.
El informe de Uno Punto Cinco es claro: «No podemos repetir los errores del pasado. Necesitamos compromisos vinculantes, mecanismos efectivos y un enfoque inclusivo que garantice que las naciones más afectadas tengan voz en la mesa de negociaciones» (Stadelmann, Carvajal y Dai, 2024). Sin un camino claro y financiado hacia la acción climática, la COP29 corre el riesgo de ser otra cumbre donde las palabras superan a los hechos. Encuentra el Informe en el siguiente link: https://bit.ly/Informe_CaminoaLaCOP29