COP16: Perú, Chile y Colombia han sido claves en el impulso de un ‘Tratado Global sobre Contaminación por Plásticos’
Los países latinoamericanos comparten sus prioridades a la hora de generar un tratado global vinculante que acabe de una vez por todas con el grave flagelo de la contaminación plástica que afecta a los océanos del mundo entero y mata a la biodiversidad.
En la COP16 de Biodiversidad, diversos actores de la región, convocados por el Ministerio del Medio Ambiente de Chile y WWF, presentaron su visión en vísperas de la quinta ronda de negociaciones INC-5 en Corea del Sur.
Los países latinoamericanos han sido claves en el impulso de un Tratado Global sobre Contaminación por Plásticos con reglas globales ambiciosas y jurídicamente vinculantes. En este liderazgo, Perú, Chile, Colombia y otros miembros del Grupo de Latinoamérica y el Caribe (GRULAC) se han destacado por su alta ambición, poner sobre la mesa la necesidad de incorporar medidas de transición justa y reconocer a los recicladores de base como actores fundamentales del proceso.
En la antesala al periodo final de sesiones INC-5 que se realiza en Busan, República de Corea, a partir del 25 de noviembre, representantes de la región entregaron su visión respecto a los elementos esenciales que debe tener el tratado y las prioridades de América Latina en estas negociaciones.
En un diálogo multiactores organizado por el Ministerio del Medio Ambiente de Chile y WWF en el marco de la COP16 de Biodiversidad, María Alejandra González, coordinadora regional de Políticas de Plástico de WWF Latinoamérica y el Caribe, comentó respecto a los elementos esenciales para este tratado.
“Esperamos que la voz latinoamericana se manifieste con fuerza en esta última ronda de negociaciones, visibilizando la necesidad de contar con reglas globales y vinculantes que incluyan la prohibición y eliminación gradual de ciertos productos plásticos y químicos más dañinos y problemáticos, incluidos los plásticos de un solo uso, que representan el 70% de los plásticos que encontramos hoy en la naturaleza, y 60% de la demanda global de la producción de plásticos”, dijo la experta.
Agregó que también es prioritario establecer requisitos globales para el diseño de productos que garanticen que el plástico que se siga produciendo sea seguro para reutilizar y reciclar, en el marco de una economía circular no tóxica, así como alinear los flujos financieros y fondos para apoyar una transición justa y asegurar que el tratado cuente con mecanismos para ir fortaleciéndose en el largo plazo.
Prioridades y problemáticas del plástico en la COP16
Mantener una mirada al ciclo de vida completo de los plásticos, reducir la producción de este material, gestionar el peligro de los productos químicos dañinos y avanzar en transición justa, financiamiento y medios de implementación. Estas son algunas de las preocupaciones planteadas por representantes de gobiernos, sociedad civil y privados.
“Un tema clave en este tratado es la producción global, debe estar en las conversaciones y, por supuesto, tiene que estar dentro del marco del tratado el cómo se va a regular, con medidas jurídicamente vinculantes, pero también asociadas a otros tipos de medidas.
De ahí la importancia que tiene el ciclo de vida de los plásticos, desde Chile creemos que esto es un tratado que no es solo de reciclaje, sino que es un tratado que aborda todo el ciclo de vida de los plásticos”, señaló Cristóbal Hernández, coordinador de Asuntos Multilaterales Oceánicos y de Biodiversidad de la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y punto focal para el INC sobre contaminación por plásticos.
Carmen Azurín, embajadora del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú y también punto focal para el INC, indicó que esperan velar porque el tratado se ciña a su mandato original. Esto es, que contenga todos los enfoques y elementos de la resolución y que garantice un marco de gobernanza a través de un órgano subsidiario que soporte el fortalecimiento del instrumento en el tiempo. “Muchos países en América Latina no tienen la misma posición, lamentablemente GRULAC está dividido entre países de mediana ambición y de alta ambición”, comentó.
Por su parte, Sebastián Rodríguez, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y punto focal del INC, apuntó a la necesidad de reducir la producción de plásticos primarios y también atender a su composición. “Es necesario tener listas de sustancias químicas y de polímeros primarios de preocupación, en ese sentido es muy importante que esos criterios sean criterios globales, que respondan a la dinámica transnacional de la contaminación por plásticos.
Existen lecciones aprendidas de otros tratados de sustancias químicas y creemos que se debe tener un sistema de gobernanza flexible, que sea dinámico y que permita la toma de decisiones rápidas para incluir nuevas sustancias y productos en la medida en que se vayan identificando”, señaló.
Desde el sector privado, Armando Russi, Líder de Sostenibilidad, Comunicaciones y Asuntos Públicos Colombia AJE Group y miembro de la Coalición Empresarial para un Tratado de Plásticos, compartió su visión y destacó los beneficios de las reglas globales para las empresas. “Apoyamos un tratado global contra la contaminación por plásticos porque armonizar la regulación entre los países de la región es clave para mejorar nuestra competitividad.
Un marco global de reglas claras y coherentes nos permitirá operar sin barreras regulatorias, facilitando la innovación hacia prácticas más sostenibles. Esta coordinación no solo nos posiciona mejor en los mercados internacionales, sino que impulsa una transición más rápida hacia una economía circular y competitiva”, manifestó.
Jadira Vivanco, coordinadora regional en Iniciativa Regional de Reciclaje Inclusivo de AVINA, indicó que otra de las grandes discusiones es lo relativo a transición justa y el reconocimiento a los recicladores de base. Explicó que los gobiernos de Latinoamérica en su conjunto, como GRULAC, están convencidos de la importancia como actores principales de los recicladores, no solo en las conversaciones, sino que a lo largo de la cadena de valor de la gestión de residuos.
“Hablando de la transición justa, lo que queremos aterrizar en este propósito es el reconocimiento de los recicladores como actores fundamentales de la cadena de valor del plástico, garantizar que no queden excluidos de este proceso y que cuenten con los medios necesarios para generar capacidad técnica y operativa para seguir avanzando en este reto que durante muchos años hicieron solos. En este sentido, el primer punto es estar mencionados en el marco del tratado global como un actor indispensable para avanzar en la gestión de los residuos”, señaló.
Por su parte, Daniela Durán, experta jurídica senior Tratado de Plásticos Upstream – CIEL, indicó que el acuerdo debe incorporar medidas que vayan desde la producción del plástico hasta su permanencia en el ambiente, lo que también será clave para cumplir las metas climáticas. “Si el tratado de plásticos falla en controlar la producción y reducirla, no vamos a poder cumplir las metas del Acuerdo de París y tenemos evidencia científica que lo respalda”, dijo.
El planeta y todos los seres que lo habitan necesitan que, tanto en la COP16 como en las próximas negociaciones de las sesiones INC-5 en Corea a fines de noviembre, se llegue a un acuerdo que sea el comienzo del fin de la contaminación plástica.
En la COP16 de Biodiversidad, diversos actores de la región, convocados por el Ministerio del Medio Ambiente de Chile y WWF, presentaron su visión en vísperas de la quinta ronda de negociaciones INC-5 en Corea del Sur.
Los países latinoamericanos han sido claves en el impulso de un Tratado Global sobre Contaminación por Plásticos con reglas globales ambiciosas y jurídicamente vinculantes. En este liderazgo, Perú, Chile, Colombia y otros miembros del Grupo de Latinoamérica y el Caribe (GRULAC) se han destacado por su alta ambición, poner sobre la mesa la necesidad de incorporar medidas de transición justa y reconocer a los recicladores de base como actores fundamentales del proceso.
En la antesala al periodo final de sesiones INC-5 que se realiza en Busan, República de Corea, a partir del 25 de noviembre, representantes de la región entregaron su visión respecto a los elementos esenciales que debe tener el tratado y las prioridades de América Latina en estas negociaciones.
En un diálogo multiactores organizado por el Ministerio del Medio Ambiente de Chile y WWF en el marco de la COP16 de Biodiversidad, María Alejandra González, coordinadora regional de Políticas de Plástico de WWF Latinoamérica y el Caribe, comentó respecto a los elementos esenciales para este tratado.
“Esperamos que la voz latinoamericana se manifieste con fuerza en esta última ronda de negociaciones, visibilizando la necesidad de contar con reglas globales y vinculantes que incluyan la prohibición y eliminación gradual de ciertos productos plásticos y químicos más dañinos y problemáticos, incluidos los plásticos de un solo uso, que representan el 70% de los plásticos que encontramos hoy en la naturaleza, y 60% de la demanda global de la producción de plásticos”, dijo la experta.
Agregó que también es prioritario establecer requisitos globales para el diseño de productos que garanticen que el plástico que se siga produciendo sea seguro para reutilizar y reciclar, en el marco de una economía circular no tóxica, así como alinear los flujos financieros y fondos para apoyar una transición justa y asegurar que el tratado cuente con mecanismos para ir fortaleciéndose en el largo plazo.
Prioridades y problemáticas del plástico en la COP16
Mantener una mirada al ciclo de vida completo de los plásticos, reducir la producción de este material, gestionar el peligro de los productos químicos dañinos y avanzar en transición justa, financiamiento y medios de implementación. Estas son algunas de las preocupaciones planteadas por representantes de gobiernos, sociedad civil y privados.
“Un tema clave en este tratado es la producción global, debe estar en las conversaciones y, por supuesto, tiene que estar dentro del marco del tratado el cómo se va a regular, con medidas jurídicamente vinculantes, pero también asociadas a otros tipos de medidas.
De ahí la importancia que tiene el ciclo de vida de los plásticos, desde Chile creemos que esto es un tratado que no es solo de reciclaje, sino que es un tratado que aborda todo el ciclo de vida de los plásticos”, señaló Cristóbal Hernández, coordinador de Asuntos Multilaterales Oceánicos y de Biodiversidad de la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y punto focal para el INC sobre contaminación por plásticos.
Carmen Azurín, embajadora del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú y también punto focal para el INC, indicó que esperan velar porque el tratado se ciña a su mandato original. Esto es, que contenga todos los enfoques y elementos de la resolución y que garantice un marco de gobernanza a través de un órgano subsidiario que soporte el fortalecimiento del instrumento en el tiempo. “Muchos países en América Latina no tienen la misma posición, lamentablemente GRULAC está dividido entre países de mediana ambición y de alta ambición”, comentó.
Por su parte, Sebastián Rodríguez, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y punto focal del INC, apuntó a la necesidad de reducir la producción de plásticos primarios y también atender a su composición. “Es necesario tener listas de sustancias químicas y de polímeros primarios de preocupación, en ese sentido es muy importante que esos criterios sean criterios globales, que respondan a la dinámica transnacional de la contaminación por plásticos.
Existen lecciones aprendidas de otros tratados de sustancias químicas y creemos que se debe tener un sistema de gobernanza flexible, que sea dinámico y que permita la toma de decisiones rápidas para incluir nuevas sustancias y productos en la medida en que se vayan identificando”, señaló.
Desde el sector privado, Armando Russi, Líder de Sostenibilidad, Comunicaciones y Asuntos Públicos Colombia AJE Group y miembro de la Coalición Empresarial para un Tratado de Plásticos, compartió su visión y destacó los beneficios de las reglas globales para las empresas. “Apoyamos un tratado global contra la contaminación por plásticos porque armonizar la regulación entre los países de la región es clave para mejorar nuestra competitividad.
Un marco global de reglas claras y coherentes nos permitirá operar sin barreras regulatorias, facilitando la innovación hacia prácticas más sostenibles. Esta coordinación no solo nos posiciona mejor en los mercados internacionales, sino que impulsa una transición más rápida hacia una economía circular y competitiva”, manifestó.
Jadira Vivanco, coordinadora regional en Iniciativa Regional de Reciclaje Inclusivo de AVINA, indicó que otra de las grandes discusiones es lo relativo a transición justa y el reconocimiento a los recicladores de base. Explicó que los gobiernos de Latinoamérica en su conjunto, como GRULAC, están convencidos de la importancia como actores principales de los recicladores, no solo en las conversaciones, sino que a lo largo de la cadena de valor de la gestión de residuos.
“Hablando de la transición justa, lo que queremos aterrizar en este propósito es el reconocimiento de los recicladores como actores fundamentales de la cadena de valor del plástico, garantizar que no queden excluidos de este proceso y que cuenten con los medios necesarios para generar capacidad técnica y operativa para seguir avanzando en este reto que durante muchos años hicieron solos. En este sentido, el primer punto es estar mencionados en el marco del tratado global como un actor indispensable para avanzar en la gestión de los residuos”, señaló.
Por su parte, Daniela Durán, experta jurídica senior Tratado de Plásticos Upstream – CIEL, indicó que el acuerdo debe incorporar medidas que vayan desde la producción del plástico hasta su permanencia en el ambiente, lo que también será clave para cumplir las metas climáticas. “Si el tratado de plásticos falla en controlar la producción y reducirla, no vamos a poder cumplir las metas del Acuerdo de París y tenemos evidencia científica que lo respalda”, dijo.
El planeta y todos los seres que lo habitan necesitan que, tanto en la COP16 como en las próximas negociaciones de las sesiones INC-5 en Corea a fines de noviembre, se llegue a un acuerdo que sea el comienzo del fin de la contaminación plástica.