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Así es Valdivia, la localidad chilena que busca convertirse en la primera “ciudad humedal” de Latinoamérica

Con más de 40.000 humedales en su territorio, Chile posee una valiosa capital natural y una responsabilidad ambiental de gran escala.

La ciudad de Valdivia, emprendió un ambicioso proyecto para consolidarse como la primera “Ciudad Humedal” de América Latina, en el marco de la Convención Ramsar, asociada a la conservación de humedales de importancia internacional.

Esta distinción se les otorga a localidades que demuestren un fuerte compromiso con la protección y gestión de sus humedales y ecosistemas, un patrimonio natural que Valdivia conserva con mucho esfuerzo y en la que su comunidad participa activamente.

La directora de la Secretaría Comunal de Planificación, Javiera Maira, destacó que esta iniciativa busca preservar la identidad medioambiental de la ciudad y promover soluciones sostenibles. Durante una entrevista en el Humedal Angachilla, uno de los más emblemáticos de la zona, explicó que la infraestructura verde es una prioridad.

“La forma en la que construimos infraestructura es un criterio, cada vez más, de infraestructura verde. Esto implica resolver aspectos de la funcionalidad de la ciudad, pero sin cargarnos este elemento que hoy día nos permite regular inundaciones, servicios ecosistémicos asociados a la recreación, a la calidad del agua y a mucho más”, expresó Maira.

Chile es miembro de la Convención Ramsar desde 1981 y cuenta con dieciséis sitios protegidos, que abarcan más de 363.000 hectáreas. Este acuerdo, adoptado en 1971, busca la cooperación internacional para conservar los humedales y promover su uso sostenible.

Valdivia, con más de 914 hectáreas protegidas en cinco humedales urbanos bajo la ley nacional, se posiciona como la comuna con mayor número de estos ecosistemas en su región, y la segunda a nivel nacional.

Humedales: la importancia de estos ecosistemas vitales
Los humedales de Valdivia son indispensables no solo por su hábitat de especies animales y vegetales, sino también como depuradores de agua y reguladores del clima.

Marcela Márquez, investigadora del Centro de Humedales Río Cruce de la Universidad Austral de Chile, explicó que estos ecosistemas “de transición entre el agua y la tierra” cumplen funciones esenciales como la recreación, la educación ambiental y el soporte de ciclos naturales.

En Valdivia, los humedales son cuidados por la comunidad. Rosa Sánchez y Ana Villanueva, residentes locales, dedicaron más de quince años a la limpieza y conservación del humedal Angachilla, que anteriormente era utilizado como vertedero.

Villanueva recordó que, durante la pandemia, aprovechó el confinamiento para dedicarse por completo al mantenimiento del parque. “Venía todos los días a cortar el pasto y recoger la basura que venía de las constructoras. Hoy, el parque está libre de todo eso y mantenerlo es mucho más fácil”, comentó.

A pesar del compromiso ciudadano, los humedales enfrentan serias amenazas, entre ellas el crecimiento urbano, la contaminación y la presencia de especies invasoras. Marcela Márquez subrayó la importancia de no construir en estos ecosistemas, así como evitar que las mascotas tengan acceso sin supervisión, ya que representan un peligro para la fauna local y pueden transmitir enfermedades.