Una nueva investigación de Climate Tracker América Latina analiza más de 1.400 notas periodísticas y revela cómo ciertos discursos están postergando decisiones clave para enfrentar la crisis climática.
La transición energética en América Latina y el Caribe enfrenta desafíos urgentes. Pero más allá de los obstáculos técnicos o financieros, hay una barrera menos visible: la desinformación.
Durante un año de trabajo, el equipo de Climate Tracker América Latina investigó cómo ciertos actores -empresas fósiles, figuras gubernamentales y expertos- están impulsando narrativas retardistas que frenan el avance hacia una matriz energética limpia, segura y justa.
El resultado es “Gaslighting: desinformación sobre la transición energética en América Latina y el Caribe”, una serie de informes que analiza la cobertura periodística en ocho países de la región.
¿Qué encontramos?
De 1.487 notas periodísticas analizadas, el 19,6% contenía al menos una frase desinformante sobre la transición energética.
La mayoría de las frases desinformantes (96%) no niegan el cambio climático, sino que intentan postergar o relativizar la urgencia de la transición energética a través de narrativas retardistas.
El discurso más común es que el gas fósil es un “combustible de transición”, presente en más de la mitad de las frases desinformantes.
Las principales fuentes que impulsan estos mensajes son empresas fósiles (31%), actores gubernamentales (25%) y expertos (23%).
Metodología
La investigación se enfocó en ocho países de América Latina y el Caribe: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guyana, México y Surinam. En cada país se analizaron cuatro medios (nacionales, digitales y especializados), y se recolectaron 1.487 artículos publicados entre junio de 2023 y mayo de 2024 que mencionaran explícitamente la transición energética. La muestra incluyó tanto noticias como columnas de opinión y editoriales.
El análisis se desarrolló en tres fases: una codificación estructurada de las notas con 44 variables, un análisis mixto de 359 frases con contenido desinformante, y entrevistas a actores clave de los sectores gubernamental, energético y académico. Además, se sumó un monitoreo de redes sociales y medios digitales para mapear la circulación de narrativas fuera del ecosistema periodístico.
Esta triangulación metodológica permitió identificar quiénes promueven la desinformación, cómo se construyen sus mensajes y qué marcos discursivos utilizan para influir en la opinión pública sobre la transición energética en la región.
¿Quiénes participaron?
La investigación contó con la participación de periodistas y comunicadores locales con experiencia en clima, energía y derechos humanos.
.- Coordinación de investigación y redacción: Maximiliano Manzoni (Paraguay/Uruguay), Nicole Venegas (Chile), Francisco Parra (Chile)
.- Investigación: Esteban Tavera (Colombia), Isabel Alarcón (Ecuador), Meghie Rodrigues (Brasil), Damián Profeta (Argentina), Darío Chinchilla (Costa Rica), Carmina de la Luz (México)
.- Edición: Francisco Parra (Chile), Paula Díaz Levi (Chile)
.- Diseño: Gladimar Rincón (Venezuela)
.- Difusión: Génesis Méndez (Venezuela), Angela Meza (Perú)
Accede a todos los materiales:
Informe general regional (PDF): https://drive.google.com/file/d/136trzH3JHsUt6JTtEwneorItdMShMpyC/view
Guía de recomendaciones para periodistas (PDF): https://drive.google.com/file/d/1VjqTXFGAtVpztVNyXfCsOvX2HjAJbiEO/view
Informes por país: 🇦🇷 Argentina, 🇧🇷 Brasil – en portugués, 🇨🇴 Colombia, 🇨🇷 Costa Rica, 🇪🇨 Ecuador, 🇬🇾 Guyana, 🇲🇽 México, 🇸🇷 Surinam
¿Para qué sirve esta herramienta?
Esta investigación busca brindar evidencia rigurosa para el trabajo de periodistas, comunicadores, activistas y organizaciones que enfrentan el reto de informar en contextos cada vez más complejos.
También ofrece herramientas para identificar y desmontar narrativas que buscan ralentizar la acción climática, muchas veces bajo el disfraz de argumentos técnicos o económicos.
¿Por qué es importante?
Este trabajo representa una de las primeras aproximaciones a la desinformación climática en América Latina. La evidencia recogida nos muestra que necesitamos un periodismo riguroso, acceso a datos, y espacios de formación que permitan visibilizar los intereses detrás de las narrativas que hoy están bloqueando el cambio que el planeta necesita.