Chile, informe sobre infraestructura hídrica. La infraestructura hídrica de Chile recibe inversión en saneamiento, tratamiento de aguas residuales y desalinización debido al crecimiento poblacional.
América Latina se encuentra en un momento crucial en el desarrollo de su infraestructura hídrica. Históricamente limitada por la financiación pública limitada y políticas rígidas, la inversión en saneamiento, tratamiento de aguas residuales y desalinización está cobrando impulso debido al crecimiento poblacional, las presiones climáticas y la creciente demanda industrial.
Chile, Perú, Brasil y México son los países de la región que están a la vanguardia de este cambio, cada uno impulsado por necesidades socioeconómicas únicas.
Chile cuenta actualmente con 24 plantas desalinizadoras operativas con una capacidad superior a 10.500 l/s, cuatro en construcción y 11 más en proceso de aprobación ambiental. Otros 11 proyectos se encuentran en evaluación.
La industria minera chilena depende en gran medida de los recursos hídricos y, si bien muchas de sus plantas desalinizadoras abastecen exclusivamente a la industria minera, las iniciativas futuras contarán con compradores diversificados.
Chile proyectos
Si bien una parte significativa de los proyectos se centra en las necesidades del sector minero chileno, la cartera de proyectos futura también servirá para otros fines.
De los 22 proyectos que han recibido o están pendientes de aprobación, cinco suministrarán agua para la minería, cinco para hidrógeno verde (dos de los cuales incluyen operaciones de ósmosis inversa), tres para agua potable y dos para uso industrial.
La desalinización y el suministro de agua son áreas claves para la inversión a largo plazo en Chile, y se espera un crecimiento significativo en la próxima década.
En Chile, por ejemplo, el gobierno está licitando la concesión de la presa La Punilla, un importante proyecto de US$342 millones destinado a ampliar los sistemas de riego en comunidades vecinas con escasez de agua.
De igual manera, Perú planea licitar una nueva planta de tratamiento de agua en 2025, respondiendo a la creciente demanda de acceso seguro y confiable al agua. Asimismo, en Paraguay, se está desarrollando un proyecto de US$350 millones cerca de Asunción, que consiste en la construcción de una planta de tratamiento de agua y redes de alcantarillado para abordar la contaminación en la zona.
Sectores emergentes como el hidrógeno verde también se están convirtiendo en impulsores clave de la inversión en desalinización en la región, reforzando aún más la infraestructura hídrica como una prioridad estratégica en América Latina.