El acero, el material circular “infinito” clave para el crecimiento sostenible global
Apoyado en el trabajo de miles de recicladores de base, el acero verde puede ser una respuesta desde la economía circular para lograr una producción industrial más responsable y sostenible.
Promover la conciencia sobre los métodos de producción sostenibles y la conservación de la biodiversidad es uno de los desafíos actuales y por eso escuchamos con frecuencia conceptos como desarrollo sostenible o economía circular.
En esa línea, cada año, la industria siderúrgica recicla más de 14 millones de toneladas de acero procedente de vehículos al final de su vida útil. Esto equivale a casi 13,5 millones de automóviles, de acuerdo a datos de organismos internacionales.
Hay muchos plásticos y diferentes minerales que no se pueden recuperar, pero hay uno que tiene vida infinita: el acero. Este es uno de los pocos materiales que puede reciclarse cuántas veces se requiera sin perder propiedades, permitiendo su conversión, una y otra vez, en nuevos productos que ayudan a respetar la naturaleza.
Y cuando pensamos en la reutilización del acero, también hay un componente social, porque detrás de cada bicicleta o lavadora abandonada, existe un reciclador de base que recupera el material, que a ese artículo del pasado le da un futuro.
Según cifras oficiales de 2021, en el país existen más de 60 mil recicladores de base, quienes no solo impulsan la economía circular, sino que además contribuyen a recuperar espacios urbanos y naturales que, muchas veces, terminan convertidos en vertederos ilegales.
“Cada reciclador cumple un papel clave en proteger nuestro planeta. Cuando hablamos de reciclar, hay una cadena productiva única que trabaja por la protección de la tierra y, a la vez, trabaja por los insumos claves que necesitamos en nuestro día a día. De eso se trata la economía circular, y debe ser central en una conmemoración como la de hoy ”, afirmó la gerente de Personas y Sostenibilidad de AZA, Aída Soto.
La empresa es el mayor reciclador de chatarra ferrosa de Chile, y la relevancia de los recicladores de base es clave como respuesta a los desafíos climáticos. Fueron 12.092 recicladores de base con los que se trabajó en el país durante 2023, quienes proveyeron 85 mil toneladas de acero, según reveló la firma en su Reporte de Sostenibilidad.
Esta cifra constituye un insumo esencial para las cerca de 500 mil toneladas de acero verde que produjo la empresa el año pasado.
“Es cosa de ver que los mejores productos que hoy compramos o las construcciones más vanguardistas, que dan una respuesta a los desafíos ambientales, tienen como base insumos y materiales reciclados, con una impronta circular. Ese es el camino”, subrayó Soto.
Por eso, es clave abrir los espacios de debate sobre las respuestas que podemos dar al desafío del crecimiento sostenible. Es ahí donde el acero verde, aquel producido con bajas emisiones y fuerte foco social, emerge como una respuesta que empresas de todo el país están dando para construir desde puentes hasta edificios.
Buscando en la circularidad y en la capacidad de recuperar lo que se utiliza se puede encontrar el equilibrio necesario para crecer y proteger a las próximas generaciones.
Promover la conciencia sobre los métodos de producción sostenibles y la conservación de la biodiversidad es uno de los desafíos actuales y por eso escuchamos con frecuencia conceptos como desarrollo sostenible o economía circular.
En esa línea, cada año, la industria siderúrgica recicla más de 14 millones de toneladas de acero procedente de vehículos al final de su vida útil. Esto equivale a casi 13,5 millones de automóviles, de acuerdo a datos de organismos internacionales.
Hay muchos plásticos y diferentes minerales que no se pueden recuperar, pero hay uno que tiene vida infinita: el acero. Este es uno de los pocos materiales que puede reciclarse cuántas veces se requiera sin perder propiedades, permitiendo su conversión, una y otra vez, en nuevos productos que ayudan a respetar la naturaleza.
Y cuando pensamos en la reutilización del acero, también hay un componente social, porque detrás de cada bicicleta o lavadora abandonada, existe un reciclador de base que recupera el material, que a ese artículo del pasado le da un futuro.
Según cifras oficiales de 2021, en el país existen más de 60 mil recicladores de base, quienes no solo impulsan la economía circular, sino que además contribuyen a recuperar espacios urbanos y naturales que, muchas veces, terminan convertidos en vertederos ilegales.
“Cada reciclador cumple un papel clave en proteger nuestro planeta. Cuando hablamos de reciclar, hay una cadena productiva única que trabaja por la protección de la tierra y, a la vez, trabaja por los insumos claves que necesitamos en nuestro día a día. De eso se trata la economía circular, y debe ser central en una conmemoración como la de hoy ”, afirmó la gerente de Personas y Sostenibilidad de AZA, Aída Soto.
La empresa es el mayor reciclador de chatarra ferrosa de Chile, y la relevancia de los recicladores de base es clave como respuesta a los desafíos climáticos. Fueron 12.092 recicladores de base con los que se trabajó en el país durante 2023, quienes proveyeron 85 mil toneladas de acero, según reveló la firma en su Reporte de Sostenibilidad.
Esta cifra constituye un insumo esencial para las cerca de 500 mil toneladas de acero verde que produjo la empresa el año pasado.
“Es cosa de ver que los mejores productos que hoy compramos o las construcciones más vanguardistas, que dan una respuesta a los desafíos ambientales, tienen como base insumos y materiales reciclados, con una impronta circular. Ese es el camino”, subrayó Soto.
Por eso, es clave abrir los espacios de debate sobre las respuestas que podemos dar al desafío del crecimiento sostenible. Es ahí donde el acero verde, aquel producido con bajas emisiones y fuerte foco social, emerge como una respuesta que empresas de todo el país están dando para construir desde puentes hasta edificios.
Buscando en la circularidad y en la capacidad de recuperar lo que se utiliza se puede encontrar el equilibrio necesario para crecer y proteger a las próximas generaciones.