San Antonio tiene nuevo humedal: Ojos de Mar le hace frente a la ampliación del puerto
Desde que se conoció el proyecto para ampliar el puerto de San Antonio, que contemplaba rellenar el humedal Ojos de Mar, la comunidad ha llevado adelante una batalla para proteger el lugar, llegando incluso a tribunales. Eli pasado 4 de mayo celebraron la declaración del ecosistema como humedal urbano.
Terminando abril, el Ministerio de Medio Ambiente publicó una resolución que declaraba como humedal urbano las lagunas de Llolleo en San Antonio, al lado de la desembocadura del río Maipo, conocidas como “Ojos de Mar”.
Y aunque puede sonar como un trámite rutinario, marca el hito más grande en tres años de lucha ciudadana. Al ser reconocido como humedal urbano, cualquier intervención que se quiera hacer en sus inmediaciones deberá contemplar medidas para resguardar el espacio y su biodiversidad.
En este caso, la inversión que suscitó el conflicto socioambiental y la lucha por conservar el humedal, es la ampliación del puerto de San Antonio; una mega intervención que en sus inicios contemplaba rellenar el humedal y transformarlo en estacionamiento.
Los Ojos de Mar o lagunas de Llolleo son tres grandes cuerpos de agua costeros conectados con la desembocadura del río Maipo en San Antonio, que albergan al menos 83 especies aprovechadas por numerosas aves migratorias como garzas y animales nativos como coipos, quiques, zorros y aves como el sietecolores.
Del conflicto al acuerdo
Ante la inminente amenaza a los Ojos de Mar, la comunidad presentó una solicitud para reconocerlo como humedal urbano bajo la ley. La solicitud fue rechazada en el 2021 por el Ministerio de Medio Ambiente, y el caso llegó al Segundo Tribunal Ambiental, desde donde se ordenó comenzar un proceso alternativo de resolución de conflictos que culminó a fines de 2023.
Así, en noviembre se logró firmar una conciliación en que el Ministerio de Medio Ambiente se comprometía a estudiar y determinar el polígono de protección del humedal antes de cinco meses.
Además, se creó un comité que se encargará de administrar y gestionar el humedal. El organismo lo liderará la Municipalidad de San Antonio y estará integrado por la Empresa Portuaria de San Antonio (EPSA), el MMA, y representantes vecinales.
La municipalidad también se comprometió a dictar una ordenanza general de humedales urbanos para la comuna. Desde EPSA, por su parte, se comprometieron a financiar estudios sobre el humedal y las amenazas o impactos que enfrenta, instalar letreros informativos para las personas que visiten el lugar y coordinar el rescate de fauna, entre otras acciones de protección.
“Si bien Ojos de Mar fue el primer humedal urbano en ser rechazado en Chile, hoy es el primer humedal urbano que va a contar con un comité de gobernanza que es representativo tanto de organizaciones ambientales locales, como de organizaciones indígenas de la comuna, la empresa y la municipalidad de San Antonio”, señala Macarena Martinic abogada de la ONG FIMA, organización que representó a la comunidad reclamante durante todo el proceso.
Ampliación del Puerto
El proceso ciudadano terminó por involucrar a la empresa portuaria y obligarla a hacerse parte en la protección del humedal. Mientras tanto, el proyecto de ampliación del puerto está en proceso de evaluación ambiental, donde recibió cientos de observaciones ciudadanas que piden mayor rigor en la información ambiental y en las medidas para mitigar el impacto que tendrá la intervención.
Ante la cantidad de observaciones recibidas, desde la empresa titular del proyecto solicitaron ampliar el plazo para responder hasta el último día del 2024. Para quienes lideran la oposición al proyecto, el plazo de casi dos años solicitado para responder las observaciones, confirma la “falta de rigor técnico” en el Estudio de Impacto Ambiental que presentó EPSA.
El puerto de San Antonio ha estado en la mira por un informe de la ONU que lo catalogó como punto neurálgico para el traslado de droga a nivel mundial. Además, un reciente reportaje de La Tercera recopila testimonios sobre el empeoramiento de la calidad de vida en la ciudad de San Antonio, en que el puerto se ve como algo que sobrepasa la ciudad en cuanto a tamaño y protagonismo, pero no le aporta el bienestar esperado.