Integrante del Consejo local: ascenso del nivel del mar es un problema urgente en Rapa Nui
Marcela Hey, detalla la creación de «un plan de cambio climático», con el objetivo de mitigar sus impactos, que representan «una grave problemática» para la isla.
El ascenso del nivel del mar afecta a la población de Rapa Nui, y erosiona la plataforma de las ancestrales estatuas moai, muchas de las cuales están en la costa, explica a EFE Marcela Hey, miembro del Consejo local del mar, que trabaja en un plan de mitigación climática.
Hey, saluda en lengua pascuense, el idioma que habla el pueblo en Rapa Nui, mientras explica en el marco de la Conferencia Our Ocean 2024 (Nuestro océano) en Atenas los problemas que enfrentan los habitantes de esta isla dependiente administrativamente de la Región de Valparaíso.
Como miembro «elegida por el pueblo» para el «Koro Nui o te Vaikava Rapa Nui» (Consejo del mar), dice, «hemos creado un plan de cambio climático», con el objetivo de mitigar sus impactos, que representa «una grave problemática» para la isla de apenas 163,6 kilómetros cuadrados.
Las acciones del plan incluyen la administración y desarrollo «de las áreas marinas protegidas (AMP) que han creado y abarcan 790 kilómetros cuadrados y de lucha contra la contaminación de plástico», explica, porque «estamos en uno de los giros del Pacífico, donde llega basura y afecta a toda la isla».
Colaboración nacional e internacional
Para enfrentar esta contaminación, están llevando a cabo «acciones que no sean solo a nivel local sino con la colaboración de otras instituciones nacionales e internacionales», uno de los motivos que han llevado a Hey a la Conferencia en Atenas, para poder recabar ayudas y buscar proyectos que trabajen en ese ámbito.
«La idea es concienciar a las grandes empresas que tienen esta llave del plástico y plantear las consecuencias las tenemos justamente en estas pequeñas islas en el Pacífico», muchas de las cuales viven «mayoritariamente del turismo» como Rapa Nui.
Además de los impactos para las personas que viven en la costa, subraya, «se está erosionando una de las plataformas (ahu en idioma rapanui), donde se asientan nuestras estatuas, nuestros moai, muchos de los cuales están justamente en la costa».
Otro de los impactos es la «disminución de la pesca, que es muy importante para nosotros», sobre todo por la «pesca ilegal de barcos atuneros que pasan por la isla y se colocan en la milla 201», el límite de la jurisdicción nacional.
Estrategia a la medida de la isla
Para realizar tareas de vigilancia y fiscalización de toda el área, están trabajando con las autoridades chilenas para establecer «un sistema de monitoreo in situ y poder detectar estas embarcaciones, que no puedan entrar en las zonas de 200 millas y de protección» existentes.
La representante del Consejo de Rapa Nui asegura que, además, están validando el plan de acciones de cambio climático de forma local más que nacional, porque el plan nacional en Chile está hecho bajo la visión del continente, no bajo la visión de lo que ellos necesitan.
«Nuestro siguiente paso, es justamente buscar los recursos para poder llevar a cabo las acciones para la mitigación climática para beneficio de las 8.000 personas que viven en la pequeña isla, incluidos los extranjeros, para quienes se ha establecido unos límites de permanencia de 31 días o más largos si cuentan con contrato de trabajo, en una ley de residencia propia del pueblo rapa nui».
Población «muy» apegada a la naturaleza.
La ley se elaboró porque «la isla es muy pequeña y frágil», con, problemas de basura, de agua y de energía, por lo que no puede acoger a tantas personas y la sobreexplotación.
Hey participó en febrero en la expedición científica a bordo del Falkor too, del Schmidt Ocean Institute, en la que constató «la gran biodiversidad que existe en el fondo marino desde las costas de Chile, por la cordillera submarina Salas y Gómez y Nazca que termina en Rapa Nui», por lo que pretenden proteger las zonas en altamar y apoyar el Acuerdo de Diversidad Biológica más allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés).
La población rapa nui es «muy apegada a la naturaleza», dice, con una cultura viva, incluidos los jóvenes que han formado la agrupación de líderes locales Haka Nononga, en la que se tratan temas ambientales y problemáticas locales, y participaron en la última COP27 de Dubái.
Además, pretenden educar en los principios ambientales y culturales a los niños que dentro de 10-15 años tendrán la conciencia enfocada en el cuidado de Rapa Nui, «en el resguardo de su cultura y conservar las tradiciones que mantenidas hasta hoy».
El ascenso del nivel del mar afecta a la población de Rapa Nui, y erosiona la plataforma de las ancestrales estatuas moai, muchas de las cuales están en la costa, explica a EFE Marcela Hey, miembro del Consejo local del mar, que trabaja en un plan de mitigación climática.
Hey, saluda en lengua pascuense, el idioma que habla el pueblo en Rapa Nui, mientras explica en el marco de la Conferencia Our Ocean 2024 (Nuestro océano) en Atenas los problemas que enfrentan los habitantes de esta isla dependiente administrativamente de la Región de Valparaíso.
Como miembro «elegida por el pueblo» para el «Koro Nui o te Vaikava Rapa Nui» (Consejo del mar), dice, «hemos creado un plan de cambio climático», con el objetivo de mitigar sus impactos, que representa «una grave problemática» para la isla de apenas 163,6 kilómetros cuadrados.
Las acciones del plan incluyen la administración y desarrollo «de las áreas marinas protegidas (AMP) que han creado y abarcan 790 kilómetros cuadrados y de lucha contra la contaminación de plástico», explica, porque «estamos en uno de los giros del Pacífico, donde llega basura y afecta a toda la isla».
Colaboración nacional e internacional
Para enfrentar esta contaminación, están llevando a cabo «acciones que no sean solo a nivel local sino con la colaboración de otras instituciones nacionales e internacionales», uno de los motivos que han llevado a Hey a la Conferencia en Atenas, para poder recabar ayudas y buscar proyectos que trabajen en ese ámbito.
«La idea es concienciar a las grandes empresas que tienen esta llave del plástico y plantear las consecuencias las tenemos justamente en estas pequeñas islas en el Pacífico», muchas de las cuales viven «mayoritariamente del turismo» como Rapa Nui.
Además de los impactos para las personas que viven en la costa, subraya, «se está erosionando una de las plataformas (ahu en idioma rapanui), donde se asientan nuestras estatuas, nuestros moai, muchos de los cuales están justamente en la costa».
Otro de los impactos es la «disminución de la pesca, que es muy importante para nosotros», sobre todo por la «pesca ilegal de barcos atuneros que pasan por la isla y se colocan en la milla 201», el límite de la jurisdicción nacional.
Estrategia a la medida de la isla
Para realizar tareas de vigilancia y fiscalización de toda el área, están trabajando con las autoridades chilenas para establecer «un sistema de monitoreo in situ y poder detectar estas embarcaciones, que no puedan entrar en las zonas de 200 millas y de protección» existentes.
La representante del Consejo de Rapa Nui asegura que, además, están validando el plan de acciones de cambio climático de forma local más que nacional, porque el plan nacional en Chile está hecho bajo la visión del continente, no bajo la visión de lo que ellos necesitan.
«Nuestro siguiente paso, es justamente buscar los recursos para poder llevar a cabo las acciones para la mitigación climática para beneficio de las 8.000 personas que viven en la pequeña isla, incluidos los extranjeros, para quienes se ha establecido unos límites de permanencia de 31 días o más largos si cuentan con contrato de trabajo, en una ley de residencia propia del pueblo rapa nui».
Población «muy» apegada a la naturaleza.
La ley se elaboró porque «la isla es muy pequeña y frágil», con, problemas de basura, de agua y de energía, por lo que no puede acoger a tantas personas y la sobreexplotación.
Hey participó en febrero en la expedición científica a bordo del Falkor too, del Schmidt Ocean Institute, en la que constató «la gran biodiversidad que existe en el fondo marino desde las costas de Chile, por la cordillera submarina Salas y Gómez y Nazca que termina en Rapa Nui», por lo que pretenden proteger las zonas en altamar y apoyar el Acuerdo de Diversidad Biológica más allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés).
La población rapa nui es «muy apegada a la naturaleza», dice, con una cultura viva, incluidos los jóvenes que han formado la agrupación de líderes locales Haka Nononga, en la que se tratan temas ambientales y problemáticas locales, y participaron en la última COP27 de Dubái.
Además, pretenden educar en los principios ambientales y culturales a los niños que dentro de 10-15 años tendrán la conciencia enfocada en el cuidado de Rapa Nui, «en el resguardo de su cultura y conservar las tradiciones que mantenidas hasta hoy».