Opinión: “Inteligencia circular para abordar el Cambio Climático” por Tomás Viveros, gerente de Inteligencia Circular de Ambipar Environment
Los modelos de economía circular son un camino para amplificar el impacto de la utilización de recursos a partir de residuos, la prevención de su generación o la postergación de esta, habilitando que se mantengan dentro de las cadenas productivas a través de mecanismos de servitización, reparación, reacondicionamiento, entre otros.
En el Día Internacional del Cambio Climático, se vuelve imprescindible relevar la necesidad de tomar acciones urgentes. Usualmente, pensamos que estas se acotan a la transición hacia la descarbonización de la generación de energía y la movilidad, así como el impulso de la conservación de fuentes de captación y almacenamiento de carbono, o de tecnologías que asimilan a la naturaleza en este rol. Sin embargo, todo tipo de industria puede tomar acciones que impactan en la mitigación y adaptación al Cambio Climático, siendo la gestión de residuos, una herramienta fundamental y transversal para todas ellas.
La forma tradicional de manejo de desechos es la responsable del 5% de la emisión de gases de efecto invernadero en Chile, solo considerando las emisiones directas, de acuerdo con el 5º Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente.
Evitar la eliminación de residuos y utilizarlos como recursos permite disminuir emisiones y reemplazar recursos naturales renovables y no renovables, generando un impacto indirecto en las emisiones asociadas a su extracción y procesamiento, así como acelerar el desacople entre prosperidad e intensidad en el uso de recursos naturales.
En una profundización de esto se encuentra la utilización de residuos para fabricar resinas recicladas que sean utilizadas en la manufactura de productos que puedan ser usados por aquellos que generaron los residuos y/o sus partes interesadas como clientes y comunidades, creando impacto local y una minimización de emisiones asociadas al transporte, entre otros.
Los modelos de economía circular son un camino para amplificar el impacto de la utilización de recursos a partir de residuos, la prevención de su generación o la postergación de esta, habilitando que se mantengan dentro de las cadenas productivas a través de mecanismos de servitización, reparación, reacondicionamiento, entre otros.
La regulación, las iniciativas público-privadas y la inteligencia circular son el impulso para acelerar el camino al bienestar desacoplado de emisiones de gases de efecto invernadero y del uso intensivo de recursos naturales.
En el Día Internacional del Cambio Climático, se vuelve imprescindible relevar la necesidad de tomar acciones urgentes. Usualmente, pensamos que estas se acotan a la transición hacia la descarbonización de la generación de energía y la movilidad, así como el impulso de la conservación de fuentes de captación y almacenamiento de carbono, o de tecnologías que asimilan a la naturaleza en este rol. Sin embargo, todo tipo de industria puede tomar acciones que impactan en la mitigación y adaptación al Cambio Climático, siendo la gestión de residuos, una herramienta fundamental y transversal para todas ellas.
La forma tradicional de manejo de desechos es la responsable del 5% de la emisión de gases de efecto invernadero en Chile, solo considerando las emisiones directas, de acuerdo con el 5º Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente.
Evitar la eliminación de residuos y utilizarlos como recursos permite disminuir emisiones y reemplazar recursos naturales renovables y no renovables, generando un impacto indirecto en las emisiones asociadas a su extracción y procesamiento, así como acelerar el desacople entre prosperidad e intensidad en el uso de recursos naturales.
En una profundización de esto se encuentra la utilización de residuos para fabricar resinas recicladas que sean utilizadas en la manufactura de productos que puedan ser usados por aquellos que generaron los residuos y/o sus partes interesadas como clientes y comunidades, creando impacto local y una minimización de emisiones asociadas al transporte, entre otros.
Los modelos de economía circular son un camino para amplificar el impacto de la utilización de recursos a partir de residuos, la prevención de su generación o la postergación de esta, habilitando que se mantengan dentro de las cadenas productivas a través de mecanismos de servitización, reparación, reacondicionamiento, entre otros.
La regulación, las iniciativas público-privadas y la inteligencia circular son el impulso para acelerar el camino al bienestar desacoplado de emisiones de gases de efecto invernadero y del uso intensivo de recursos naturales.