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Alertan sobre desafíos en el Biobío a raíz del Día Mundial contra el Cambio Climático

El calentamiento global está generando un impacto significativo en la Región del Biobío, con fenómenos climáticos extremos como inundaciones y sequías que afectan la economía y el bienestar social, por ello, expertos destacan la importancia de la colaboración entre comunidades, gobiernos y empresas para abordar el cambio climático.

Con motivo del Día Mundial contra el Cambio Climático, que se celebra el 24 de octubre, el Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) ha alertado sobre los efectos cada vez más evidentes del calentamiento global en la Región del Biobío.

La región enfrenta fenómenos climáticos extremos, como intensas lluvias invernales y prolongadas sequías estivales. Según Robinson Sáez, director del CREA, "esto genera un ciclo de inundaciones e incendios forestales que impacta directamente en la economía y el bienestar social". Este ciclo se ve agravado por la migración de los regímenes de lluvia, que ahora traen precipitaciones intensas en cortos períodos, arrastrando contaminantes hacia las costas y afectando ecosistemas frágiles como la bahía de Concepción.

El incremento de las temperaturas durante la primavera y el verano también aumenta el riesgo de incendios, especialmente en zonas con monocultivo. La agricultura, un sector vital para la región, está siendo severamente golpeada por una mega sequía y las variaciones climáticas que alteran los ciclos estacionales. Los pequeños agricultores del secano costero e interior, según Sáez, enfrentan "un estrés hídrico creciente", lo que les obliga a buscar nuevas fuentes de agua y a optimizar el uso de los recursos disponibles.

El cambio en la calidad de las aguas continentales y marinas está afectando la biodiversidad, alterando la distribución y abundancia de especies. Ante esta situación crítica, se están implementando diversas soluciones para mitigar los efectos del cambio climático.

Una de las iniciativas más destacadas es el desarrollo de sistemas de acuaponía, que combinan el cultivo de peces y hortalizas, promoviendo un uso eficiente del agua y reduciendo la energía necesaria para la producción. Este enfoque no solo beneficia a los agricultores, mejorando la calidad de sus productos, sino que también les ayuda a adaptarse a los desafíos impuestos por el clima.

Además, se están promoviendo soluciones basadas en la naturaleza, como la recolección de aguas pluviales y el monitoreo de humedales costeros, esenciales para la preservación de la biodiversidad en la región. "Estamos preocupados por la seguridad hídrica y por el estado de los ecosistemas", afirmó Sáez, destacando la importancia de gestionar el agua de manera eficiente y desarrollar planes que aseguren la sostenibilidad de los recursos.

Finalmente, se está fomentando la colaboración entre comunidades, gobiernos locales y empresas para abordar el cambio climático de forma integral. Sáez concluyó que "el trabajo conjunto es clave para implementar soluciones que mitiguen los efectos del cambio climático y preserven los medios de vida de las comunidades", subrayando la necesidad de un compromiso colectivo para avanzar hacia un desarrollo sostenible.