Opinión: “Ciudades sostenibles: un desafío compartido” por Elier González, CEO de Veolia para Chile y Perú

  • Fecha:
  • Fuente: País Circular

“En definitiva, el futuro de nuestras ciudades dependerá de nuestra capacidad de actuar hoy. Hacerlas más sostenibles no es tarea de unos pocos, sino un desafío compartido que requiere decisión y cooperación. Solo así lograremos que las urbes sigan siendo espacios de vida y progreso para las próximas generaciones”.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hoy más del 55% de la población mundial vive en ciudades y se estima que hacia 2050 esta cifra alcance el 70%. Este crecimiento plantea un reto ineludible: ¿cómo lograr que nuestras urbes sigan siendo espacios habitables, saludables y sostenibles frente al cambio climático y la creciente presión sobre los recursos naturales?

En Veolia, con más de 170 años de experiencia y bajo nuestro plan estratégico GreenUp 2027, creemos que la clave está en acelerar la transformación ecológica de las ciudades a partir de tres ejes fundamentales: descarbonizar, descontaminar y regenerar los recursos.

Descarbonizar significa ofrecer energía más limpia y eficiente. La lucha contra el cambio climático exige que las urbes reduzcan drásticamente sus emisiones, lo que implica avanzar en soluciones de eficiencia energética, bioenergías y gestión inteligente de la electricidad. En este marco, con GreenUp nos hemos propuesto eliminar más de 18 millones de toneladas de CO₂ hacia 2027, acompañando a comunidades y empresas en el camino hacia una transición energética justa.

En materia de descontaminación, no puede haber bienestar urbano sin agua limpia ni aire respirable. Tecnologías como la reutilización de aguas residuales de la industria, el tratamiento de contaminantes emergentes y la gestión segura de residuos peligrosos son esenciales para garantizar ciudades más sanas. Nuestro compromiso global es eliminar 10 millones de toneladas de contaminantes de aquí a 2027, meta que ya se está materializando en América Latina.

El tercer eje, regenerar, apunta a preservar y devolver valor a los recursos naturales. Las ciudades del futuro deben dejar de ser únicamente consumidoras para convertirse en regeneradoras. En particular, trabajamos para preservar 1.500 millones de m³ de agua, impulsando una gestión circular que asegure la disponibilidad de este recurso vital.

La tecnología hoy hace posible avanzar hacia ciudades sostenibles, pero el desafío requiere más que innovación: demanda un compromiso compartido entre gobiernos, empresas y ciudadanos. Políticas públicas alineadas, colaboración entre sectores, participación ciudadana y educación ambiental inclusiva son claves para lograrlo.

Los avances en economía circular en la región son una muestra de que este camino es posible. En Chile, por ejemplo, hemos evitado que más de 1,5 millones de contenedores plásticos terminen en rellenos sanitarios, evitando la emisión de 650 toneladas de CO₂, gracias a Rebox, un servicio pionero que desde hace más de una década reduce el impacto ambiental del manejo de cortopunzantes en hospitales. Otro caso destacado es la primera caldera de biomasa implementada en 2024 en la empresa frutícola Prunesco, que permitió evitar la emisión de 820 toneladas de gases de efecto invernadero al aprovechar el cuesco de la ciruela como fuente de energía térmica. Pronto, instalaremos una segunda caldera de mayor capacidad, reafirmando que la valorización de subproductos es una oportunidad concreta para generar impactos ambientales positivos.

En definitiva, el futuro de nuestras ciudades dependerá de nuestra capacidad de actuar hoy. Hacerlas más sostenibles no es tarea de unos pocos, sino un desafío compartido que requiere decisión y cooperación. Solo así lograremos que las urbes sigan siendo espacios de vida y progreso para las próximas generaciones.