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Qué se espera del proyecto de ley que regula la contaminación odorífica y que podría ser aprobado este año en el Congreso

En abril avanzó al Senado el proyecto de ley que reconoce y fiscaliza la contaminación odorífica en Chile, que se genera principalmente desde vertederos, planteles porcinos, industria pesquera, plantas de celulosa y plantas de tratamiento de aguas residuales, entre otros sectores. Como consecuencia, se afecta la calidad de vida de las personas y la salud pública, por lo que esta propuesta, que surgió desde la ciudadanía, cobra especial relevancia. Para abordar el tema, País Circular conversó con Viviana Delgado, diputada ambientalista (ind.); Luis Díaz-Robles, Doctor en Ingeniería Ambiental; Mayka Martínez, vocera de Coordinadora Ambiental La Farfana; Jonathan Opazo, Alcalde de Lampa; y Miguel Gatica, Gerente de Ingeniería en Olores en Proterm.

A principios de abril, la Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría el proyecto de ley que regula la contaminación odorífica en Chile. De este modo, avanzó al Senado el proyecto que modifica la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente, bajo los boletines 15.326 y 15.749 refundidos, con el objetivo de regularizar la emisión de olores que puedan resultar molestos e incluso nocivos para la población.

Así, se establece una referencia expresa al olor, dentro de la regulación, como un elemento capaz de producir contaminación ambiental. Y se indica que se entenderá por contaminación odorífica a aquella provocada por el ser humano o la naturaleza, de manera directa o indirecta; susceptible de afectar la salud de una o más personas, así como al medio ambiente o uno o más de sus componentes.

La diputada Viviana Delgado, una de las autoras del proyecto, comenta sobre la urgencia de regular al respecto: “Hay muchos reclamos por contaminación odorífica, de hecho, es la segunda temática con más reclamos en Chile. La gente está desesperada, porque las fiscalizaciones nunca se logran concretar. Además, el mal olor no tiene límites de comuna y, por lo mismo, no hay forma de hacer bien el trabajo de fiscalización”.

Es precisamente lo que ejemplifica el Alcalde de Lampa, Jonathan Opazo. “Nuestra comuna tiene uno de los problemas de malos olores más serios en Valle Grande, pero el punto es que la fuente no está en la comuna, el olor sí. Entonces, como municipalidad, nos vemos de manos atadas a lo que hagan otras personas u organismos sectoriales, y a las autoridades de la comuna donde está instalada la empresa contaminante”, declara el alcalde, quien se refiere a la planta de compostaje Armony Sustentable, ubicada en Pudahuel.

“Lo único que podemos hacer es presionar, recopilar las denuncias de los vecinos y visibilizar la situación. Pero tenemos cero competencia fiscalizadora respecto al problema, donde llevamos más de 500 denuncias al menos en un año correspondiente a la planta de compostaje. El problema lleva más de 10 años en Lampa”, destaca Opazo.

Se trata de una situación ambiental y de salud pública, subestimada durante largo tiempo en Chile, que resulta crucial de legislar, según el Ingeniero Civil Químico, Dr. Luis Díaz-Robles. “La exposición a contaminación odorífica afecta negativamente la calidad de vida de las personas, especialmente aquellas que viven cerca de fuentes de olores industriales como criaderos de cerdos, vertederos, la industria pesquera, industria de la celulosa, mataderos, plantas de tratamiento de aguas residuales, etc. Al regular los olores, se sancionará a empresas contaminantes, se mejorará el bienestar de las comunidades, se protegerá la salud pública y se promoverá un ambiente más limpio y habitable”, indica el Gerente General de la consultora ambiental PARTICULAS SpA y MIMASOFT.

“La exposición a contaminación odorífica afecta negativamente la calidad de vida de las personas, especialmente aquellas que viven cerca de fuentes de olores industriales como criaderos de cerdos, vertederos, la industria pesquera, industria de la celulosa, mataderos, plantas de tratamiento de aguas residuales, etc.”, contó Dr. Luis Díaz-Robles, Gerente General de la consultora ambiental PARTICULAS SpA y MIMASOFT.

Origen del proyecto
Mayka Martínez, vocera de la Coordinadora Ambiental La Farfana, una de las agrupaciones que impulsó el proceso de la ley sobre contaminación odorífica, relata que su motivación fue la instalación de la planta Santa María de Aguas Santiago Norte, que lograron “bajar” en 2022. “Resulta que ya tenemos la planta más grande de Sudamérica instalada a pasos de nuestros hogares, la planta de Aguas Andina, y eso significaba que otra planta sanitaria iba a ocasionar más contaminación odorífica donde vivimos. Es increíble lo que hemos sufrido y por eso lideramos esta causa de la defensa del ciudadano, en relación a las falencias circunstancialmente verídicas de la Ley 19.300”, explica la dirigente.

“De hecho, no existía ‘contaminación odorífica’ como concepto en la ley. Entonces, el 2021 lanzamos esta defensa en el territorio contra la planta Santa María para que no se instalara, pero al mismo tiempo decidimos llevar una lucha paralela para sacar adelante una ley de olores que de verdad fuera importante para las comunidades”, afirma Mayka Martínez.

Desde entonces, la Coordinadora Ambiental La Farfana comenzó un trabajo que incluyó contactos con parlamentarios y con distintos organismos gubernamentales, entre otros. Tras obtener una buena recepción y convocar a otras organizaciones a nivel nacional, lograron avanzar y superaron varias instancias, no exentas de dificultades.

“A través de la secretaría robusta que construimos como agrupación, enviamos cartas cada lunes a los 155 diputados en relación a nuestro trabajo, desde 2022 hasta la fecha, para lograr darle un empuje directo al proceso que estaban realizando los diputados Viviana Delgado y Rubén Oyarzo. Gracias a este esfuerzo colectivo se llegó a un documento con todas las indicaciones que propusimos”, señala la activista.

“Es una ley participativa y ciudadana y nos enorgullece enormemente que el texto contemple la mirada del ciudadano que verdaderamente está sufriendo”, agrega una de las fundadoras de Coordinadora Ambiental La Farfana.

“La participación ciudadana activa fue fundamental y terminó siendo un trabajo colaborativo entre diputación y las comunidades. Fue un proceso muy enriquecedor, porque se demostró que en conjunto se pueden levantar proyectos que nos favorezcan a todos”, complementa la diputada ambientalista.

“Hay muchos reclamos por contaminación odorífica, de hecho, es la segunda temática con más reclamos en Chile. La gente está desesperada, porque las fiscalizaciones nunca se logran concretar. Además, el mal olor no tiene límites de comuna y, por lo mismo, no hay forma de hacer bien el trabajo de fiscalización”, sentenció Viviana Delgado, diputada ambientalista, una de las autoras del proyecto.

Próximos pasos en el Congreso
El proyecto de ley define 5 ejes para abordar la problemática: Definir qué es contaminación odorífica; exigir evaluación ambiental para actividades productivas que puedan generar malos olores; mandatar al Ejecutivo a generar un reglamento con parámetros de medición de sustancias odoríficas; considerar normas de inmisión [concentración de contaminantes a nivel de suelo]; y facultar a los municipios a generar ordenanzas para regular y fiscalizar los malos olores.

“Esta regulación llega tarde. Durante mucho tiempo, la contaminación odorífica fue considerada una molestia menor, en comparación con otros tipos de contaminación como la del aire y el agua. La falta de conciencia sobre los efectos adversos de los malos olores en la salud y el bienestar de las personas, así como la dificultad para medir y controlar los olores, contribuyó a que esta problemática fuera dejada de lado. Sin embargo, la creciente urbanización, el cambio climático y el aumento de actividades industriales han exacerbado el problema, haciendo evidente la necesidad de una regulación robusta y adecuada”, argumenta el Dr. Ing. Luis Díaz-Robles.

Según apunta la diputada Viviana Delgado, el proyecto de ley debería aprobarse este año. “Estamos esperando que se ponga en Tabla de Comisión para poder intervenir y defender nuestro proyecto, que ha sido bien complicado de sacar. Porque tenemos una Derecha renuente a estas leyes. Sin embargo, tuvimos una gran votación en la Cámara de Diputados y esperamos tenerla también en el Senado”.

“También esperamos que el Ejecutivo le dé prioridad y lo deje como urgencia, porque se ha demorado mucho. (El Ejecutivo) le sacó la suma urgencia porque se la pusieron a todo lo que es seguridad. Pero ahora ya tenemos que empezar a hacer lobby en el Senado para que pase a votación y, una vez que se publique en el Diario Oficial, podríamos tener nuestra primera ley odorífica en Chile, con un reglamento por región potenciando las ordenanzas de cada comuna”, expresa la parlamentaria”, manifiesta Delgado.

“No podemos hacer una ley de chancherías cuando en Santiago son empresas de diferentes tipos las que contaminan. Y las empresas que contaminan en una comuna no son las mismas que en otras. Por eso es importante una ordenanza, por ejemplo, para fiscalizar los RILES (Residuos Líquidos Industriales), que también producen malos olores y en Chile se permite que se boten a la alcantarilla. Yo pretendo ir a regiones a explicar cómo pueden ir sacando sus propias ordenanzas, que no requieren de inversión, pero sí permiten aplican multas”, comenta la diputada.

“No existía ‘contaminación odorífica’ como concepto en la ley. Entonces, en 2021 lanzamos esta defensa en el territorio contra la planta Santa María para que no se instalara, pero al mismo tiempo decidimos llevar una lucha paralela para sacar adelante una ley de olores que de verdad fuera importante para las comunidades”.

Posibles inconvenientes
Una vez implementada la ley, surge la inquietud sobre posibles dificultades que podrían aparecer en su puesta en marcha. Según el Dr. Ing. Luis Díaz-Robles, efectivamente podrían enfrentarse obstáculos, como “la resistencia de las industrias que generan malos olores y los costos elevados que podrían requerir para cumplir con las nuevas regulaciones”.

“Además, puede haber desafíos técnicos y logísticos en la implementación, y monitoreo efectivo de la ley, especialmente en sectores económicos dependientes de actividades generadoras de malos olores. Es crucial que las autoridades proporcionen apoyo técnico y financiero para facilitar la transición hacia prácticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Especialmente en las fiscalizaciones”, añade el Ingeniero Civil Químico.

Miguel Gatica, Gerente de Ingeniería en Olores en Proterm S.A., también pone el énfasis en los costos: “Creo que el mayor obstáculo para las empresas es que van a tener que invertir en implementar sistemas de control de olor. Aunque muchas, como en el caso de las industrias pesqueras, ya lo están haciendo”.

Mayka Martínez, en tanto, alude al plazo de dos años que contempla el proyecto para que todas las normativas estén operativas. “Que haya una prórroga sería lo peor que pudiese pasar. Pero no va a haber una merma en la actividad económica y no hay costos para las empresas, excepto regular. Excepto organizarse como corresponde en los gastos”, opina la vocera de Coordinadora Ambiental La Farfana.

“Esto no se trata de perjudicar a las empresas, sino de que aprendan a ser buenos vecinos. En un viaje a Alemania, aproveché de visitar varias empresas. Y allá los estándares son altísimos. Las empresas están al lado de las casas y no contaminan. Son buenos vecinos. ¿Por qué en Chile todo lo tenemos que hacer a medias? ¡No! Hagamos las cosas bien y con justicia para todos”, declara Viviana Delgado.

“En la Estrategia para la Gestión de Olores, que promulgó el Ministerio del Medio Ambiente en el 2014, se identificaron los principales rubros generadores de olores molestos, que son planteles de cerdos, pesqueras, plantas de celulosa, rellenos sanitarios y plantas de tratamiento de aguas servidas. Y en la misma estrategia se propuso regular estos rubros prioritarios”, dijo Miguel Gatica, Gerente de Ingeniería en Olores en Proterm S.A.

Consecuencias de la contaminación odorífica
Respecto a los efectos que provoca este tipo de contaminación, los distintos expertos coinciden en los graves daños que genera para la población que está expuesta. Según describe Miguel Gatica, “al igual que el ruido, el olor es un estresor ambiental que afecta la calidad de vida de las personas y, por ende, la salud”.

“La contaminación odorífica afecta el día a día al causar molestias constantes, estrés y problemas como dolores de cabeza, náuseas, desmayos y dificultades respiratorias. Pero también la exposición prolongada a estos olores puede tener impactos psicológicos adversos, afectando el bienestar emocional de los individuos”, detalla Luis Díaz-Robles, Doctor en Ingeniería Ambiental.

“La afectación es silenciosa, porque no hay nadie que la controle. Por ejemplo, cuando hay momentos de crisis de contaminación odorífica, no hay laboratorios que trabajen para las comunidades que puedan medir el espacio donde se está presentando esa crisis. En general, los laboratorios que funcionan para este tipo de situaciones, son costeados por las mismas empresas contaminantes. Y a eso se suma que si la persona se enferma, no hay una regulación de índices de contaminación odorífica a nivel del CESFAM o clínicas”, expone Mayka Martínez.
Pero, en paralelo a la salud, el Dr. Ing. Luis Díaz-Robles apunta que “estos olores pueden provocar conflictos entre comunidades e industrias y afectar negativamente el valor de las propiedades cercanas. Hay un antes y un después del caso Freirina”.

“Nuestra comuna tiene uno de los problemas de malos olores más serios en Valle Grande, pero el punto es que la fuente no está en la comuna, el olor sí. Entonces, como municipalidad, nos vemos de manos atadas a lo que hagan otras personas u organismos sectoriales, y a las autoridades de la comuna donde está instalada la empresa contaminante”.

Ejemplos, sugerencias y experiencias
En cuanto a modelos a seguir desde el extranjero, los especialistas apuntan principalmente a Europa. “Países como Alemania y los Países Bajos han implementado regulaciones estrictas sobre la contaminación odorífica. Utilizan sistemas avanzados de monitoreo y modelación para establecer límites claros de concentraciones de olores y aplicar sanciones a las industrias que los superen”, comenta el Gerente General de PARTICULAS SpA y MIMASOFT.

tecnologías de control de olores en plantas industriales. Estos ejemplos muestran la efectividad de una regulación robusta en la mitigación de problemas de malos olores. En Chile se ha avanzado bastante en esta materia, pero aún tenemos varias brechas como, por ejemplo, tener una norma de calidad primaria del aire por olores”, advierte.

“Es importante mencionar que Chile está muy avanzando, especialmente en Latinoamérica, en cuanto a la gestión de olores y avances normativos”, manifiesta el ejecutivo de Proterm S.A., valorando la Estrategia para la Gestión de Olores que promulgó el Ministerio del Medio Ambiente en el 2014.

“En dicha Estrategia se identificaron los principales rubros generadores de olores molestos, que son planteles de cerdos, pesqueras, plantas de celulosa, rellenos sanitarios y plantas de tratamiento de aguas servidas. Y en la misma estrategia se propuso regular estos rubros prioritarios. Ya se publicó en el Diario Oficial la norma de olores para el sector porcino y ahora se está trabajando en un anteproyecto para regular las emisiones de olores que generan las pesqueras. Además, se está haciendo una revisión de la norma para las plantas de celulosa”, aclara Miguel Gatica.

En tanto, para seguir avanzando en la gestión de la contaminación odorífica en Chile, el Dr. Ing. Luis Díaz-Robles plantea que “es fundamental implementar tecnologías de monitoreo continuo y pronóstico con inteligencia artificial, que permitan una detección temprana y precisa de los episodios de olores y las fuentes que los generan”.

“Además, es crucial fomentar la participación ciudadana en la identificación y denuncia de problemas de malos olores, así como establecer incentivos para que las industrias adopten mejores prácticas y tecnologías de control de olores. La educación y sensibilización sobre los impactos de la contaminación odorífica también son esenciales para generar un cambio cultural y de comportamiento en la sociedad”, precisa el Doctor en Ingeniería Ambiental.

“Creo que es importante la difusión y educar en todos los niveles, tanto a nivel industrial, gubernamental, a los mismos organismos con competencia ambiental e, incluso, implementar la gestión de olores dentro de las mallas curriculares de carreras afines. Pero incorporar también a la comunidad en la gestión del olor es relevante, por ejemplo, a través de la medición de olor con participación ciudadana”, recomienda Migue Gatica.

Como Gerente de Ingeniería en Olores de Proterm, con más de 30 años de experiencia en mediciones ambientales, cuenta que las soluciones que ofrecen pueden ir “desde encapsular el foco odorante, hasta conducir los gases odorantes hacia un sistema de control de olores, con el objetivo de que las empresas disminuyan sus emisiones. Apoyamos a la industria desde un diagnóstico, con un control de las emisiones de olores y con un seguimiento de dichos sistemas.  Es decir, abordamos la gestión de olores de manera holística”, especifica Miguel Gatica.

El Dr. Ing. Luis Alonso Díaz-Robles, por su lado, destaca que su empresa participó en la publicación del “Manual Internacional sobre la Evaluación de la Exposición a Olores Usando Modelos de Dispersión”, en el cual se proponen varias acciones específicas para la evaluación y gestión de la contaminación odorífica.