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Chile es el primer país latinoamericano en alcanzar el sobregiro ecológico en 2024

Este jueves 23 de mayo es la fecha simbólica que señala el día en que agotamos nuestra reserva de recursos y servicios de la naturaleza al demandar más de lo que el planeta puede regenerar.

En menos de cinco meses, Chile ha consumido todos los recursos y servicios de la naturaleza que puede regenerar en un año. Este hito, conocido como sobregiro ecológico, nos convierte en el país de Latinoamérica con peor desempeño ambiental.

Así lo advierte la organización internacional Global Footprint Network, que calculó que este jueves 23 de mayo es el día en que nuestro país alcanzó este límite simbólico, una fecha que toma en cuenta la cantidad de recursos y servicios que provee la naturaleza, frente al consumo que realizamos quienes vivimos en el territorio.

Si bien este año la fecha se ha retrasado ligeramente en comparación con 2023, las proyecciones indican que este avance es solo temporal y que la situación seguirá empeorando. El cálculo de Global Footprint Network ya revela que si todo el mundo viviera como lo hace el promedio de los chilenos, necesitaríamos 2,5 planetas para sustentarnos.

Desempeño de Chile volverá a empeorar
La fecha en la Chile llega al sobregiro este año es ocho días después que en 2023. ¿Quiere decir que lo estamos haciendo mejor?

Eric Miller, director de la Ecological Footprint Initiative y académico de la Universidad de York, Canadá –quienes desarrollan el cálculo para todo el mundo–, explica a Meteored que los cambios reflejan la incorporación de nuevos datos proporcionados por la Agencia Internacional de Energía (AIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que se sumaron a los que ya entregaban diversas bases de datos de recursos, pesca, comercio, y más, de Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y Penn World Tables, entre otros.

“Lo más significativo para Chile fueron los datos actualizados sobre emisiones de carbono (de la Agencia Internacional de Energía) y los datos comerciales actualizados (de Comtrade de las Naciones Unidas) sobre exportaciones e importaciones. Estas fuentes informaron que las emisiones de carbono del consumo de Chile alcanzaron su punto máximo en 2019 (el año anterior a la pandemia de covid-19). Desde 2020, las emisiones de consumo en Chile crecieron, pero todavía eran menores que en 2019”, sostiene.

Felipe Díaz, académico del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, explica que llegar al sobregiro ecológico significa que estamos usando más de lo que el ecosistema local puede absorber o regenerar. “En ese sentido, estamos depredando”, señala.

Si bien reconoce que el país ha hecho esfuerzos por mejorar, particularmente en la limpieza de la matriz eléctrica, duda que ocho días sean una mejora significativa, porque puede deberse solo a la actualización de datos. “Yo veo que la tendencia en los países del mundo y, particularmente en Chile, es hacer más presión en el ecosistema. Entonces, si bien reconozco políticas ambientales que están mucho mejores que hace años, el cambio que necesitamos es mucho mayor y está ligado también con nuestro comportamiento de consumo”, sostiene.

Eric Miller agrega que estimaciones más recientes muestran que las emisiones de CO2 de nuestro país ya se han recuperado a niveles más altos que antes del inicio de la pandemia. “Así que esperemos que el ‘día de sobregiro’ para el próximo año sea aproximadamente una semana antes para Chile y para la mayoría de los países que han mostrado un patrón similar”, asegura.
“El consumo mundial de recursos y las emisiones de gases de efecto invernadero son ahora más altos que nunca”, indica Eric Miller.

El camino hacia la neutralidad de carbono
Bajar las emisiones está en línea con el compromiso de Chile ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que establece la reducción a menos de 95 millones de toneladas de CO2 equivalente para el año 2030, además de mantener un presupuesto de emisiones inferior a 1.100 millones de toneladas de CO2 para el período 2020-2030 y lograr la neutralidad de carbono para el año 2050. Sin embargo, aunque se ha avanzado, y en 2023 las emisiones disminuyeron de 3,6 millones de toneladas en comparación con 2020, aún se está lejos de esas metas.

El 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, Footprint Network anunciará la fecha en que la Tierra entrará en sobregiro ecológico. Gráfica: National Footprint and Biocapacity Account.

Según informó el Observatorio de Carbono Neutralidad –iniciativa del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia [(CR)2] y el Centro de Energía de la Universidad de Chile, que monitorea el compromiso nacional–, a pesar de la disminución en las emisiones, es poco probable que se cumplan las metas establecidas.

Se proyecta que las emisiones para 2030 serán de aproximadamente 99,4 millones de toneladas, superando en 7% la meta establecida. El presupuesto de emisiones, sobrepasaría el 5% la meta. Esto se debe, en parte, a que las emisiones del período 2020-2023 han estado por encima de las proyecciones oficiales consideradas en la contribución determinada a nivel nacional (NDC).

Seguir bajando las emisiones de CO2 requiere continuar con la expansión de las energías renovables y el retiro de las centrales eléctricas de carbón, que han sido buenos avances de los últimos años, pero también poner énfasis en sectores como el transporte, que está en constante aumento de sus emisiones.

Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, sostiene que nuestro país vive procesos que podrían ayudarnos a salir del sobregiro en un mediano plazo, como la discusión de una Ley de Incendios y la nueva Ley de Pesca, “que mantenga y perfeccione aspectos como el enfoque ecosistémico y la toma de decisiones basadas en ciencia, lo que puede ayudar a recuperar pesquerías agotadas y sobreexplotadas”, detalla, y agrega el proceso de descarbonización de la economía y la puesta en marcha del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.

Por su parte, Felipe Díaz agrega que la sociedad, particularmente en Chile, todavía asocia la conducta ambiental con algunas prácticas adicionales a nuestra vida, como fomentar el reciclaje o la eficiencia energética en los hogares, pero no hemos cambiado realmente nuestra conducta de consumo.

“Qué elijo para alimentarme, qué elijo como producto, cómo fue fabricado, de dónde viene, es algo que no consideramos. Tampoco nos preguntamos cuánto necesito de tal cosa. Por ahora, ahí hay cambios que no hemos hecho y pienso que, de no ir más allá, es difícil que cambiemos estas tendencias actuales de sobregiro ecológico”, enfatiza.