Noruega da luz verde a la polémica minería submarina en el océano Ártico
El país escandinavo aprueba la primera ley que permitirá extraer de aguas profundas metales imprescindibles para la fabricación de baterías y otros componentes electrónicos.
Noruega, con importantes reservas de petróleo y gas en alta mar, se comprometió en 2021 a gestionar de forma sostenible el 100% de sus aguas costeras para 2025. Alentó a otras naciones a hacer lo mismo, a través de una iniciativa global denominada Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible. En 2022, 17 países que cubrían el 46% de las aguas costeras del mundo habían firmado el pacto y aceptaban que la explotación de petróleo o gas y la minería en aguas profundas son «difíciles de alinear con la definición de economía oceánica sostenible».
Ahora, sin embargo, Noruega gira en redondo y está intensificando la extracción del fondo marino de reservas de minerales, petróleo y gas. En junio, Oslo aprobó nuevos permisos, por un valor de 18.500 millones de dólares, para ampliar la extracción de petróleo y gas en alta mar. Ayer, el parlamento aprobó la apertura de 280.000 kilómetros cuadrados de su fondo marino, más o menos el territorio de Irlanda y el Reino Unido juntos, a la minería en aguas profundas, una industria incipiente con impactos desconocidos y potencialmente desastrosos para el ecosistema marino. Esta nueva zona minera estará situada en el mar de Barents y el mar de Groenlandia, en el océano Ártico.
Seis meses después, la propuesta para avanzar en la minería en aguas profundas ha obtenido el apoyo de todos los partidos en el parlamento, lo que convierte a Noruega en la nación con más probabilidades de comenzar la extracción comercial de metales raros del océano. La ley se aprueba contra el consejo de los científicos ambientales, que advierten de serias consecuencias para la vida marina. La nueva normativa se refiere a las aguas noruegas, pero Oslo busca acuerdos para extenderla a aguas internacionales.
Tomar la delantera en la extracción del litio, escanio y cobalto
El Gobierno noruego ha llegado a un acuerdo con dos partidos de la oposición para la aprobación de esta nueva política en el parlamento. El ejecutivo en minoría de laboristas y centristas ha obtenido el apoyo de conservadores y extrema derecha y así el proyecto se aprueba con una sólida mayoría. El objetivo del país nórdico es tomar la delantera en la extracción de minerales como el litio, el escanio o el cobalto, muy demandados en la fabricación de baterías eléctricas y que se encuentran en el fondo marino en forma de nódulos. Según un reciente informe del directorio General de Petróleo, en la plataforma continental noruega yacen millones de toneladas de minerales como cobre, zinc y cobalto, que además de la fabricación de baterías nutren en desarrollo de las energías sostenibles.
«Catástrofe para el mar»
Las empresas mineras estaban esperando esta aprobación para lanzarse a la explotación cuanto antes y competir así con los países que cuentan con estos recursos en tierra firme. Una de las claves de la nueva legislación noruega es que exige estudios medioambientales previos a cada licencia de explotación y que los planes de explotación sean expresamente aprobados por el parlamento. Pero las organizaciones medioambientales consideran insuficiente este requisito y prevén consecuencias desastrosas para la fauna y la flora marinas. «No tenemos idea de las consecuencias de una actividad como esa», ha reconocido, Lars Haltbrekken, portavoz del Partido de Izquierda Socialista de Jonas Gahr Støre.
La Dirección General de Medio Ambiente noruega ha reconocido también que no hay datos suficientes para saber cómo realizar la explotación minera en los fondos mineros de forma segura, Greenpeace habla de «catástrofe para el mar» y la Sociedad Noruega para la Conservación de la Naturaleza de «locura». «La minería submarina puede destruir ecosistemas enteros antes de que nos demos cuenta de que existen», reza un informe de la alemana Fundación Heinrich Böll, muy vinculada al partido Los Verdes.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, el organismo con competencias de legislar en aguas internacionales, lleva años preparando un código que regule esta práctica que, según ha anunciado su secretario general, Michael Lodge, no estará listo hasta 2025. Por el momento, han sido emitidas unas 30 licencias de exploración, la mayoría, para China, pero ninguna de explotación. Es muy probable que las explotaciones empiecen en aguas jurisdiccionales de los países. Igual que Noruega, las Islas Cook y Nauru cuentan con proyectos. Y todo indica que la minería en las profundidades podría comenzar en un periodo relativamente corto de tiempo, probablemente esta misma década.
Licencias de exploración
Una vez aprobado en el parlamento el proyecto de Noruega, el gobierno de Oslo anunciará las áreas específicas disponibles para la exploración de minerales de calidad comercial en 2024. Según el Ministerio de Petróleo y Energía, varias empresas noruegas con experiencia en exploración de petróleo y gas en alta mar han mostrado interés en la minería de los fondos marinos y es probable que soliciten licencias de exploración. La adquisición en marzo por parte de la nueva empresa noruega Loke Marine Minerals de UK Seabed Resources, una filial minera de aguas profundas del fabricante de armas estadounidense Lockheed Martin, la convierte en otro probable solicitante de una licencia en virtud de la Ley de Minerales de los Fondos Marinos de Noruega.
Walter Sognes, cofundador de Loke Minerals, confirma que planea solicitar una licencia en cuanto se apruebe la propuesta y, en declaraciones a BBC, ha reconocido que «tendremos un período relativamente largo de actividad de exploración y mapeo para cerrar la brecha de conocimiento sobre el impacto ambiental». La mayor parte del área minera propuesta se encuentra en aguas árticas, donde Noruega tiene un extenso lecho marino continental, lo que le otorga jurisdicción sobre estos recursos, según Fredrik Myhre, jefe de océanos de WWF Noruega.
Noruega, con importantes reservas de petróleo y gas en alta mar, se comprometió en 2021 a gestionar de forma sostenible el 100% de sus aguas costeras para 2025. Alentó a otras naciones a hacer lo mismo, a través de una iniciativa global denominada Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible. En 2022, 17 países que cubrían el 46% de las aguas costeras del mundo habían firmado el pacto y aceptaban que la explotación de petróleo o gas y la minería en aguas profundas son «difíciles de alinear con la definición de economía oceánica sostenible».
Ahora, sin embargo, Noruega gira en redondo y está intensificando la extracción del fondo marino de reservas de minerales, petróleo y gas. En junio, Oslo aprobó nuevos permisos, por un valor de 18.500 millones de dólares, para ampliar la extracción de petróleo y gas en alta mar. Ayer, el parlamento aprobó la apertura de 280.000 kilómetros cuadrados de su fondo marino, más o menos el territorio de Irlanda y el Reino Unido juntos, a la minería en aguas profundas, una industria incipiente con impactos desconocidos y potencialmente desastrosos para el ecosistema marino. Esta nueva zona minera estará situada en el mar de Barents y el mar de Groenlandia, en el océano Ártico.
Seis meses después, la propuesta para avanzar en la minería en aguas profundas ha obtenido el apoyo de todos los partidos en el parlamento, lo que convierte a Noruega en la nación con más probabilidades de comenzar la extracción comercial de metales raros del océano. La ley se aprueba contra el consejo de los científicos ambientales, que advierten de serias consecuencias para la vida marina. La nueva normativa se refiere a las aguas noruegas, pero Oslo busca acuerdos para extenderla a aguas internacionales.
Tomar la delantera en la extracción del litio, escanio y cobalto
El Gobierno noruego ha llegado a un acuerdo con dos partidos de la oposición para la aprobación de esta nueva política en el parlamento. El ejecutivo en minoría de laboristas y centristas ha obtenido el apoyo de conservadores y extrema derecha y así el proyecto se aprueba con una sólida mayoría. El objetivo del país nórdico es tomar la delantera en la extracción de minerales como el litio, el escanio o el cobalto, muy demandados en la fabricación de baterías eléctricas y que se encuentran en el fondo marino en forma de nódulos. Según un reciente informe del directorio General de Petróleo, en la plataforma continental noruega yacen millones de toneladas de minerales como cobre, zinc y cobalto, que además de la fabricación de baterías nutren en desarrollo de las energías sostenibles.
«Catástrofe para el mar»
Las empresas mineras estaban esperando esta aprobación para lanzarse a la explotación cuanto antes y competir así con los países que cuentan con estos recursos en tierra firme. Una de las claves de la nueva legislación noruega es que exige estudios medioambientales previos a cada licencia de explotación y que los planes de explotación sean expresamente aprobados por el parlamento. Pero las organizaciones medioambientales consideran insuficiente este requisito y prevén consecuencias desastrosas para la fauna y la flora marinas. «No tenemos idea de las consecuencias de una actividad como esa», ha reconocido, Lars Haltbrekken, portavoz del Partido de Izquierda Socialista de Jonas Gahr Støre.
La Dirección General de Medio Ambiente noruega ha reconocido también que no hay datos suficientes para saber cómo realizar la explotación minera en los fondos mineros de forma segura, Greenpeace habla de «catástrofe para el mar» y la Sociedad Noruega para la Conservación de la Naturaleza de «locura». «La minería submarina puede destruir ecosistemas enteros antes de que nos demos cuenta de que existen», reza un informe de la alemana Fundación Heinrich Böll, muy vinculada al partido Los Verdes.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, el organismo con competencias de legislar en aguas internacionales, lleva años preparando un código que regule esta práctica que, según ha anunciado su secretario general, Michael Lodge, no estará listo hasta 2025. Por el momento, han sido emitidas unas 30 licencias de exploración, la mayoría, para China, pero ninguna de explotación. Es muy probable que las explotaciones empiecen en aguas jurisdiccionales de los países. Igual que Noruega, las Islas Cook y Nauru cuentan con proyectos. Y todo indica que la minería en las profundidades podría comenzar en un periodo relativamente corto de tiempo, probablemente esta misma década.
Licencias de exploración
Una vez aprobado en el parlamento el proyecto de Noruega, el gobierno de Oslo anunciará las áreas específicas disponibles para la exploración de minerales de calidad comercial en 2024. Según el Ministerio de Petróleo y Energía, varias empresas noruegas con experiencia en exploración de petróleo y gas en alta mar han mostrado interés en la minería de los fondos marinos y es probable que soliciten licencias de exploración. La adquisición en marzo por parte de la nueva empresa noruega Loke Marine Minerals de UK Seabed Resources, una filial minera de aguas profundas del fabricante de armas estadounidense Lockheed Martin, la convierte en otro probable solicitante de una licencia en virtud de la Ley de Minerales de los Fondos Marinos de Noruega.
Walter Sognes, cofundador de Loke Minerals, confirma que planea solicitar una licencia en cuanto se apruebe la propuesta y, en declaraciones a BBC, ha reconocido que «tendremos un período relativamente largo de actividad de exploración y mapeo para cerrar la brecha de conocimiento sobre el impacto ambiental». La mayor parte del área minera propuesta se encuentra en aguas árticas, donde Noruega tiene un extenso lecho marino continental, lo que le otorga jurisdicción sobre estos recursos, según Fredrik Myhre, jefe de océanos de WWF Noruega.