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Opinión: “COP 28, un hito histórico, pero sin la urgencia necesaria” por de Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram

Columna de opinión de Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram, respecto a los avances alcanzados durante la COP28 y la urgencia de tomar decisiones que impidan el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

"La COP 28 cerró con un acuerdo histórico que, a pesar de haber sido realizada en un país petrolero, por primera vez incorporó la frase 'alejarse de los combustibles fósiles'. Si bien la redacción concordada es claramente insuficiente en relación a la urgencia planetaria, deja abierto un espacio para negociaciones, las cuales deberán ser rápidas, pues el tiempo se agota y la temperatura media mundial sigue subiendo". Fuente: La Nueva Mirada, 21 de diciembre de 2023.

Entre el 30 de noviembre y 13 de diciembre se efectuó en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), la 28° Conferencia de las Partes (COP) sobre Cambio Climático. Sin duda el tema más relevante en esta reunión era la presentación del Balance Global o Global Stocktake (GST) y la suscripción de compromisos en relación al mismo, con el propósito de evaluar el grado de cumplimientos de los objetivos establecidos el año 2015 en dicho acuerdo.

El diagnóstico presentado en la COP 28 repitió en parte lo que ya era conocido y que se ha señalado en otros informes como el 6° Reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el informe sobre Brechas 2023 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), por nombrar algunos. En cada uno de estos la conclusión es la misma: se necesita mayor ambición y compromisos de los grandes emisores de gases de efecto invernadero (GEI) para no superar el aumento de la temperatura media global en 2,5 º C respecto de la era preindustrial, pues esto generaría grandes impactos en los seres humanos, la biodiversidad y la economía mundial.

En el caso del informe de OMM, se señala que el 2023 probablemente será el más cálido del que se tiene registros y agrega que este año la temperatura media mundial superó los 1,4 º C por sobre los niveles preindustriales. Esto significa que hubo lugares del mundo donde se sobrepasaron los 1,5 °C, cosa no menor, si se considera que los seres vivos -dependiendo de la especie- habitamos y nos desarrollamos dentro de rangos de temperatura. Esto no es algo muy evidente, pero sí muy significativo. Pues, si bien tenemos tolerancia a las variaciones de temperatura y éstas pueden ocasionalmente escaparse de un rango, esto no puede transformarse en permanente, ya que el cuerpo no lo resiste. Cada décima más puede significar la extinción numerosas especies.
Algo similar ocurre con la disponibilidad de agua para los seres vivos, todos los organismos del planeta necesitamos de este vital elemento para subsistir. En ese sentido, tanto las sequías como las inundaciones, las olas de calor o fríos extremos afectan a las especies y ecosistemas y si esto ocurre de forma recurrente puede llevarlos a su desaparición. De ahí la importancia de limitar el calentamiento del planeta, pues necesitamos cierta estabilidad en el clima para existir y por ello es importante reducir emisiones de GEI en el más breve plazo posible.

Pues bien, la presentación de un documento sobre el Balance Global en la COP28 y a partir de ello el establecimiento de compromisos para limitar las emisiones de GEI en concordancia con la información científica presentada, resultaba algo muy relevante, considerando que han pasado 10 años desde la adopción del Acuerdo de Paris y es necesario saber cómo vamos como humanidad.

Esta evaluación es lo que puede imponer el ritmo al cual se logran acuerdos y, lo que es más importante, cómo y cuándo se implementan. Sin embargo, la diplomacia climática tiene su ritmo y su lenguaje donde cada uno de los Estados o Partes representan sus propios intereses, lo cual implica que llegar a un consenso no es tarea fácil.

Sin embargo, la COP 28 cerró con un acuerdo histórico que, a pesar de haber
sido realizada en un país petrolero, por primera vez incorporó la frase “alejarse de los combustibles fósiles”. Si bien la redacción concordada es claramente insuficiente en relación a la urgencia planetaria, deja abierto un espacio para negociaciones, las cuales deberán ser rápidas, pues el tiempo se agota y la temperatura media mundial sigue subiendo.

En los últimos días de la COP la tensión para llegar a un texto final estaba
instalada entre quienes señalaban que se debía incorporar un compromiso claro para la eliminación de los combustibles fósiles, mientras otros estados presionaban para que solo se hiciera referencia al carbón y no al gas y al petróleo.

Finalmente, y casi un día después del cierre programado, los países concordaron en un texto más bien blando ya que, a pesar de hacer referencia a la eliminación de los combustibles fósiles -principales responsables del aumento de emisiones GEI– no establece plazos ni condiciones para aquello, dejando la puerta abierta a que al menos en los próximos años se incrementen las emisiones GEI y con ello el calentamiento global. A su vez, hay que reconocer que tras esta COP 28 se abre espacio para futuras negociaciones sobre la eliminación de hidrocarburos que antes no existía, las cuales, según señaló Antonio Guterres, secretario general de la Naciones Unidas, debe hacerse con justicia y equidad. Es decir, con apoyo a los países más vulnerables que, por lo general, son los que menos emiten gases de efecto invernadero y son las zonas donde los eventos climáticos extremos se hacen presentes con cada vez más fuerza.