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Estados Unidos intenta desafiar el dominio chino sobre el cobalto

El gobierno de Biden ha mantenido conversaciones con al menos tres empresas sobre la compra de una compañía congoleña. Las conversaciones sobre Chemaf, forman parte de un esfuerzo de la administración estadounidense por garantizar el suministro mundial de un metal que se utiliza en todo tipo de aplicaciones, desde aviones de combate y drones, hasta baterías de vehículos eléctricos.

El gobierno de Joe Biden ha mantenido conversaciones con tres empresas en las últimas semanas sobre la compra de uno de los mayores productores mundiales de cobalto no chino, según personas familiarizadas con el asunto, en un intento de EEUU de disminuir el control mundial de Beijing sobre un metal considerado fundamental para la revolución de la energía verde.

Las conversaciones sobre Chemaf, una empresa minera con sede en la República Democrática del Congo, forman parte de un esfuerzo de la administración por garantizar el suministro mundial de un metal que se utiliza en todo tipo de aplicaciones, desde aviones de combate y drones, hasta baterías de vehículos eléctricos.

Durante más de una década, las firmas chinas han gastado miles de millones de dólares comprando a mineros estadounidenses y europeos en el Congo, que produce casi el 75% del suministro mundial de cobalto. Esto ha situado a China en una posición dominante, tanto en la producción como en el procesamiento del mineral.

El gobierno de Biden ha prometido invertir miles de millones de dólares en proyectos de infraestructuras en toda África, incluido un ferrocarril destinado a transportar minerales congoleños como el cobre y el cobalto a través de Angola hasta el puerto de Lobito, en el océano Atlántico. Pero al gobierno de Estados Unidos le ha resultado difícil interesar a los inversores estadounidenses en cualquier sector del Congo, debido a las deficientes infraestructuras del país, la escasa mano de obra cualificada, el nacionalismo de los recursos y la reputación de corrupción del gobierno.

Cobalto
“Las cosas están mejorando, pero sigue siendo un lugar infernal para operar”, afirmó Daniel van Dalen, analista de Signal Risk, una consultora de riesgos políticos centrada en África.

El Presidente Biden ha prometido desempeñar un papel más activo en la búsqueda de formas de motivar a las empresas estadounidenses para que inviertan en el Congo. Tenía previsto visitar Angola este mes, pero pospuso el viaje para centrarse en responder a los mortíferos huracanes que azotan Estados Unidos.

En las últimas semanas, funcionarios del gobierno estadounidense han hablado con la empresa minera y de inteligencia artificial KoBold Metals, la minera de cobre First Quantum Minerals y la firma de inversión Orion Resource Partners sobre la posibilidad de participar en un acuerdo para adquirir Chemaf, ya sea por separado o conjuntamente, según personas relacionadas con el asunto.

Es la segunda vez en un año que Washington intenta suscitar el interés de Occidente por la empresa minera, y refleja una actitud estadounidense recargada hacia la obtención de minerales críticos. Estados Unidos ha estado pidiendo a compradores y naciones que Washington clasifica como amistosas, que consideren diversos activos mineros en todo el mundo.

Los congoleños también han estado hablando con posibles interesados en la licitación. Los países están trabajando juntos para garantizar que el proceso de búsqueda de un nuevo licitante sea justo y transparente, comentó una de las personas.

Funcionarios estadounidenses han afirmado que su objetivo es ofrecer un modelo que no se traduzca en endeudamiento, corrupción y degradación medioambiental.

Chemaf, que sostiene que sus minas podrían producir 20.000 toneladas de cobalto al año -lo que la convertiría en uno de los mayores productores de cobalto del mundo-, fue puesta en venta el año pasado por su fundador, Shiraz Virji. En aquel momento, funcionarios estadounidenses buscaron mineros o inversores occidentales para comprar Chemaf, según personas familiarizadas con el asunto.

Las pasadas prácticas empresariales y las deudas de Chemaf han complicado una posible venta, según personas familiarizadas con el asunto.

Cuando The Wall Street Journal visitó la mina Mutoshi de Chemaf en 2018, se podía ver a mineros congoleños autónomos descendiendo bajo tierra sin cascos, zapatos ni equipos de seguridad. Los mineros utilizaban picos, palas y las manos desnudas para desenterrar rocas ricas en el metal. A veces, el agua entraba en los agujeros y ahogaba a la gente, y una máquina excavadora enterró vivo a uno de los mineros, dijeron trabajadores locales y funcionarios de la mina.

De acuerdo a antiguos ejecutivos, la empresa recurrió a veces al pago de sobornos en el pasado. Virji no hizo comentarios. Personas cercanas a la empresa señalaron que se ha retirado de la gestión diaria de la compañía.